Hasta el 27 de abril 2025
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En la era digital, donde la influencia en redes sociales se ha convertido en sinónimo de poder, una figura destaca por encima de todas: Cruella De Vil. Con una presencia imponente y una estrategia de contenido que roza la perfección, esta icónica villana ha logrado posicionarse como la influencer número uno a nivel global. Su estilo audaz, su carácter indomable y una estética inconfundible le han permitido conquistar cada rincón de Internet.
Cruella De Vil no es una influencer convencional. Su estilo provocador y su actitud «sin filtro» la han llevado a ser nominada a los prestigiosos Premios Frívolo, considerados los galardones más codiciados del momento en la industria del entretenimiento digital. Este reconocimiento la coloca al borde de consagrarse como la mujer más influyente del mundo digital.
Pero la fama tiene un precio. Su reinado en las redes no ha estado exento de controversias, y ahora enfrenta su mayor desafío: la traición de su mejor amiga y principal aliada, Anita.
Anita, además de ser la mejor amiga de Cruella, también era su community manager y la mente maestra detrás de su impecable estrategia de redes sociales. Sin embargo, el lazo entre ambas se rompe de forma inesperada cuando Anita decide abandonar su puesto para emprender su propio camino digital junto a un grupo de adorables protagonistas: sus dálmatas.
Lo que comenzó como una simple cuenta dedicada a los perros pronto se convirtió en un fenómeno viral. Los dálmatas conquistaron los corazones de millones de usuarios en las redes sociales con su encanto y espontaneidad. La autenticidad de su contenido contrastó con la imagen calculada y perfeccionista de Cruella, atrayendo la atención de una nueva audiencia que buscaba algo más «real».
Cruella De Vil ya no es solo una villana de cuento, ahora es un símbolo de la lucha por la relevancia en la era de las redes sociales. Su camino hacia la redención está lleno de obstáculos, pero si hay algo que sabemos de ella es que nunca se rinde.
La historia de esta influencer global se ha convertido en una metáfora moderna sobre la fama, la amistad y la eterna búsqueda de la autenticidad en un mundo digital saturado de apariencias. Con los Premios Frívolo a la vista y una batalla en curso con los dálmatas, el desenlace promete ser tan impredecible como el feed de una red social.
Si hay algo seguro, es que Cruella De Vil seguirá dando de qué hablar, porque cuando se trata de influencia, ella no está dispuesta a ceder ni un solo «follow».