Crónica y fotos: Sergio García Lavilla
Concierto perteneciente a la gira presentación del último disco de la banda inglesa, de la mano de Live Nation, que lleva por título ‘Pick-Up Full Of Pink Carnations’ (24), sexto de estudio, con el que vuelven a retomar sus sonidos primigenios allá por el 2011.
La cita era en la sala But con el Sold Out colgado desde hacía tiempo, que pese a ser un martes, los fans se agolpaban en la puerta para coger las primeras filas y poder ver de cerca al carismático Justin Young.
El concierto estaba previsto para las 9, amenizándonos la espera teníamos como sorpresa a los islandeses Kaktus Einarsson, que adelantaban algún tema de su nuevo disco Lobster Coda, con la colaboración de Damon Albarn. Apuesta típica de los grupos nórdicos (Bjork) en la que alternan synth con guitarras para crear atmosferas sensuales, sin dejar de lado el Groove y el funk, que pudimos degustar con temas como Daze Gold, Heartspell, 45 RPM o la más conocida Gumbri.
Con la sala a reventar y algo de retraso, empieza a sonar la mítica Live and Let die de Sir Paul con la que van colocándose en el escenario para rápidamente, ante un griterío de muchísimas fans, arrancar con Love to Walk Away. Sin parar de recorrer el escenario, mirando a la cara a todos los seguidores de las primeras filas (algo que te hace meterte más en el concierto), daban por iniciada la fiesta con los apenas dos minutos que dura el tema para enlazar con Wreckin’ Bar y su estribillo machacón Ra ra ra, que nos llevaba a su primer disco por el que se dieron a conocer.
Con I Cant Quit (otro himno de la banda) ponían el listón muy alto, a toda velocidad, con un sonido más próximo a Two Door Cinema Club, mientras se desarrollaban los temas, muy bien mezclados de su último álbum, como las melodías vintage de Sometimes I Swear, la guitarrera Lunar Eclipse quizás mal colocada al pertenecer a los bises, la cincuentera The Dreamer, que podría haberse colado en un guateque de Peter Sellers.
Los temas corrían como la pólvora, en una sucesión de clásicos como All in White, Wetsuit, Handsome, Heartbreak Kid, mientras no paraban de moverse por todo el escenario, regalando púas y unas baquetas a unas fans que desplegaban carteles y banderas (que subieron al escenario colocándola al lado de la batería).
Como momento cumbre podemos destacar cuando suena I Always Knew, coreado por toda la sala, al que siguió If you Wanna para dar paso a unos bises que supieron a poco.
Nos despedimos con All My Friends are Falling in Love, tema con el que suelen terminar, pero que yo hubiese cambiado por I always Knew que hubiese sido un broche de oro para una noche de puro brit pop.
Con Libertines y Artic Monkeys podemos estar ante uno de los mejores representantes del actual indie británico generadores de hits como si fuese fácil (que se lo digan a miles de bandas).
Apuesta segura si queréis pasarlo bien.