Es lo que prácticamente aseguran fuentes del sector, y es que los meses de mayo y junio ya se dan por perdidos y en julio y agosto (los meses con más festivales) las posibilidades son tan mínimas que casi se dan también por perdidos.
Varios festivales nacionales como el Tomavistas o el Pimavera Sound ya se han aplazado para después del verano y algunos extranjeros como el mítico Glastonbury cancelaron definitivamente su edición del 2020.
Son muchos todavía los festivales que aguantan sus fechas en julio y agosto, y es que los seguros de cancelación no contemplan la pandemia como causa de cancelación, incluso algunas aseguradoras incluyeron en el contrato una claúsula que excluía al coronavirus como causa de suspensión.
Un experto en salud americano asegura que será el último sector en regresar, hablando incluso de que hasta el otoño del 2021 no habrá grandes aglomeraciones de público.
