Conciertos Wanda de Madrid

Crónica y fotos: Yolanda Sabater Algarra

Rammstein – Wanda Metropolitano

23 de junio

Promotora: Doctor Music

Uno de los conciertos del año llegaba la víspera de San Juan. No es exageración ya que las entradas salieron en septiembre y se agotaron en apenas 3 horas para copar el Wanda Metropolitano. No es moco de pavo, pues fueron más de 30000 localidades las que se vendieron. La espera se hizo larga pero por fin el día del concierto el Wanda se inundó de mareas negras de gente: cuero, chalecos, camisetas. Todo bajo un sol de justicia que no amilanó a nadie y poco a poco el estadio se fue llenando.

Muy buen ambiente en las inmediaciones del recinto pese a los precios desorbitados que suelen poner en este tipo de eventos. La entrada al recinto estaba bien organizada y las colas avanzaron a buen ritmo y la seguridad en cada sector era suficiente para que todo pudiera hacerse de forma rápida y efectiva. Comprobación de DNI para todos los asistentes, hecho que finalmente combatió el negocio de la reventa. Un punto a favor de la organización, pues ha sido de los pocos eventos que realmente ha cumplido con pedir el DNI.

No se cumplieron los horarios previstos en la entrada, pero bien es cierto que la banda ya había avisado que hasta que el sol no se pusiera (vaya, en el día más largo del año), el concierto no empezaría. Así que mínimo hasta las 22:15 no oiríamos los primeros acordes de Rammstein. En esta gira los alemanes se han apoyado de las dos pianistas francesas Abélard, que amenizaron el concierto con varias versiones a los teclados de Rammstein. Enfrentadas en sendos pianos en medio de una plataforma que se habilitó en medio de la pista, ocuparon su posición y fueron caldeando el ambiente.

Buena predisposición la de estas chicas que animaron a toda la audiencia con una potencia y un sonido cuanto menos diferente adaptando las canciones de Rammstein. Fantaseando con los riffs y añadiendo pasajes virtuosos. Pudimos escuchar temas como Rammlied, Engel, Deutschland o Du Hast. Todo temas que luego oiríamos de la mano de Rammstein. Actuación correcta, pero he de decir que hubiera agradecido alguna de las grandes bandas que posee nuestro país o alguna banda invitada que coincidiera con el cartel del Rock Imperium que iba a sucederse coetáneamente… Habría sido un cierto en vez de repetir los temas de Rammstein.

La tensión y las ganas de ver a los alemanes iba en aumento. La espera se hizo larga más bien por la impaciencia, pero no se hicieron de rogar en demasía. Acariciando las 22:30 tras una intro que se proyectaba en las pantallas, Till Lindeman iniciaba la entrada triunfal de la banda bajando lentamente de una plataforma que se había dispuesto en medio del escenario. Bajada desde las alturas, a unos 30 metros por lo menos… También se encontraba el resto de la banda, a los cuales no vimos hasta que la plataforma llegó al suelo. Con esta performance escuchábamos los primeros acordes de Rammlied.

Durante los siguientes temas que escuchamos, primó la parte musical. Los juegos de luces y fuego tardarían un poco más en llegar. Pero así es un show de Rammstein, todo cuidado y estudiado al milímetro y todo el su momento y justa medida. Así en esta parte más “sobria” sonaron Links 2-3-4, Bestrafe mich, Giftig o Sehnsucht. La horda de fans que Rammstein ha ido ganando durante los años ayudó a caldear el ambiente y todas las canciones resonaban a una sola voz por todo el metropolitano. Es una alegría que un grupo de metal haya llegado a ese nivel y cuente con tal apoyo.

Llegó el tiempo de la pirotecnia y el fuego, que nos acompañarían ya hasta finalizar el evento. Cada gira Rammstein se van superando el espectáculo y se puede ver como cada vez innovan con elementos diferentes, aunque también algunos que ya son habituales. Con Puppe vimos el impresionante carrito de bebé que termina en llamas al concluir la canción. Tirando de más habituales, no faltó el momento en que Christian Lorenz -teclista- se somete al fuego mientras intentan cocinarlo dentro de una cazerola en Mein Teil.

En esta primera parte también sonó la archiconocida Du Hast que hizo rugir a toda la audiencia acompañada del espectáculo de fuego, chispas y luces. Tras una corta espera que luego entendimos a que se debía, la banda al completo se trasladó a la plataforma donde previamente había actuado Abélard para interpretar Engel junto a las mismas Abélard, un buen gesto de la banda.

Tras finalizar, emprendieron el regreso hacia el escenario navegando en botes inflables que el mismo público arrastró hacia el escenario para interpretar Ausländer. Encarábamos el final de la noche con Du riechst so gut y Ohne dich. Sin embarga todavía reservaban tres platos fuertes como colofón, que eran Rammstein, Ich Will y la idónea para la ceremonia final Adieu.

La despedida fue igual de apoteósica que el principio, con la banda despidiéndose durante el ascenso desde la elevada plataforma y con el espectáculo de fuego y luces que nos habían ofrecido durante el concierto.

Sin duda una vez más Rammstein se proclamaron como una de las bandas más exitosas del momento y no es para menos. Si puedo repetiré sin dudarlo.