Crónica y fotos: Sergio García Lavilla

Concierto perteneciente a la gira del cuarto disco de la banda canadiense, que lleva por título ‘Magpie’ (2024), con el que dejan de lado el chewed bubblegum pop, para adentrarse en canciones más folk, sixties y navegando, incluso en el heavy metal, al más puro estilo King Gizzard (salvando las distancias), adentrándose en un ámbito más exploratorio.

La cita es en la Sala Nazca gracias a Last Tour con el cartel de Sold Out colgado hace semanas. La banda de Vancouver liderada por el cantante y guitarrista Neil Smith, lleva 10 años componiendo canciones con estribillos cautivadores, acoplados perfectamente en un sonido de guitarras y baterías impresionantes.

Los seguidores de la banda, muchos de ellos anglosajones, hacían cola desde bien temprano, cosa que es extraña en un grupo que no se prodiga por Europa y que, su última y primera vez en Madrid fue hace 7 años.

Aprovecho para hacer un pequeño inciso sobre como facilitan las salas el trabajo de la prensa, ya que, muchas de ellas te dejan pasar para poder realizar el trabajo en las mejores condiciones posibles (sobre todo para el fotógrafo cuando no hay foso) y otras te hacen esperar la cola aún a sabiendas de que van a perjudicar tu trabajo, la promo de la banda y de la propia sala (creo que no hacen falta más palabras).

Con la sala llena de un público que rondaba los 30 tocaba el turno de ver a los teloneros Babe Corner, una banda indie que fusiona elementos del pop nostálgico y el rock psicodélico, para crear éxitos vintage con un toque de turbidez liderada por Haley Blais. Con un sonido que recuerda a los artistas indie Mitsky y HAIM, las instrumentales relajadas y los versos melancólicos, en temas como Summer Slaughter, Feels like, Alone at the party o la maravillosa Cigarette llena de guitarras luminosas pese a ser una canción sobre una ruptura. Regalaron 2 discos y la gorra del bajista a un público que en su amplia mayoría no los conocía (buen marketing).

Tras reajuste de pedales de distorsión saltaban al escenario Peach Pit, con la intro de War Pigs de Black Sabbath abrían show enlazando con Magpie, son sus típicas letras sencillas y riffs de guitarras enérgicos que siguen la estela de trabajos anteriores. Punteos y sonido noventero sigue con Drop the Guillotine y Psychics in LA retornando a sus inicios, en los que recuerdan a Two Door Cinema Club.

Tras una iluminación bastante mala con predominancia de azules que no empastaban nada con el show, iban cayendo temas de sus primeros discos, algo que no suele ser habitual habiendo sacado un álbum apenas un año antes.

Temas más folkies como Give up Baby, la coreada Vickie o Up Granville que nos recordaban a Son of the East, de su disco From 2 to 3, nos permitían tomar aire y disfrutar de los punteos de guitarra de Christopher Vanderkooy, un autentico showman que rompía el inmovilismo del resto de los componentes.

La cover de Hers en el tema What once was daba un toque nostálgico que servía de preludio a Alrighty Aphrodite, un tema que va in crescendo con una guitarra atmosférica con punteo central que recuerda a temas de los 90s en los que guitarristas como Slash tenían sus partes en los temas, con momento Surfin’ en brazos del público, de un  Vandekooy que estaba en su salsa.

Con Private Presley, un homenaje a Elvis Presley, se despedían para tras unos minutos de espera, en los que el público no parar de pedir otro tema, cerrar con dos temas. El acústico Peach Pit de Neil Smith en el que nos contó la evolución de la banda y de como cerraban en Madrid la gira europea de la que estaban muy contentos por la acogida, junto con Tommys Party y sus suaves armonías y atmósfera de despedida, daban por terminada la noche.

Un concierto muy fluido, con muy buena acústica, pero como ya he dicho una iluminación bastante mala, en la que pudimos volver a disfrutar de una banda de indie pop, que, pese a no ser muy conocida, sabe muy bien lo que le gusta al público.