Crónicas conciertos en Madrid 2023

Volbeat + Skindred + Bad Wolves: Volbeat trae de vuelta el rockabilly a Madrid

12 de noviembre de 2022 – Palacio de Vistaalegre (Madrid)

Madness Live!

Desde 2019 que los daneses no pisaban nuestra península. Si bien es cierto que 3 años no son tantos, con todo lo que ha pasado por medio, parece que haya sido una vida entera.

Con motivo del nuevo trabajo bajo el brazo de Servant of the Mind, Volbeat encontraban la razón necesaria para volver a España con un despliegue hasta nunca visto. Acompañados de dos bandas: una ya reconocida desde las américas, Skindred y Bad Wolves, grupo que se está haciendo su nombre en la escena pese a llevar poco recorrido pero que está cosechando éxitos considerables.

Bad Wolves

La banda americana salió a escena ante un público todavía algo desangelado. La banda que formara Tommy Vext (FFDP) ha cambiado su formación en los últimos tiempos, entrando en sus filas Daniel «DL» Laskiewicz a las voces y Max Karon a la guitarra rítmica. Daniel es todo un showman y poco tardaron los valientes que llegaron a esta primera actuación a calentar el ambiente y a animarse gracias a la provocación del cantante.

Bad Wolves bebe de muchos estilos, desde el metal alternativo, metalcore o incluso de tindes cercanos al heavy metal. La voz de Daniel es tan versátil que comprende registros melódicos, graves e incluso partes cercanas al rap.

Venían presentando su último trabajo Dear Monsters (2022), del que sonaron temas como Sacred Kiss o Never Be The Same. Y aunque pensé que su concierto iba a centrarse en este, pudimos disfrutar de otros temas de N.A.T.I.O.N (2019) como Killing Me Slowly. Bajaron las revoluciones para introducir If Tomorrow Never Comes, con un Daniel casi a oscuras que se apoderó de la tarima principal y en la que reinó el silencio absoluto por parte de los fans. Pero sin duda el momento álgido del concierto llegó con la versión de Zombie de The Cranberries acompañada por las linternas de los móviles y con la que todo el público se desgañitó.

Volviendo a la realidad y para cerrar la actuación, que empezaba a sabernos a poco, la banda optó por cerrar con I’ll Be There, tema pegadizo que invita a cantar y saltar con ellos y con el que terminaron el concierto por todo lo alto. Sin duda un grupo con una gran proyección.

Skindred

Poca introducción necesita Skindred, con sus ya más de 25 años de carrera y 7 álbumes de estudio.

Quizá hubiésemos esperado algo de nuevo material para esta nueva visita, pues desde su último Big Tings (2018) la banda sólo ha ido publicando singles sueltos. Eso no les amilana para salir al escenario a entregarse al 100%.

De showman iba la noche, y en eso Benji Webbe se lleva la palma. Con una americana roja de lentejuelas y unas gafas al más rollo steampunk saltó a escena dejando a la audiencia boquiabierta al son de Under Attack. Benji milita con un estilo único y se pasea por la pasarela reafirmando su veteranía sobre los escenarios.

Desde sus posiciones más estáticas Mikey Demus (guitarra) con su bombín y Dan Pugsley (bajo) acompañaron perfectamente e incluso se animaron con sus propias coreografías e intercambios desde la parte principal del escenario.

Se escucharon temas como Thet’s My Jam de su último disco o un pequeño guiño a Van Halen con el tema Jump (¿siguen siendo necesarios en un grupo ya consolidado?).

Kill the Power terminó por atraer a los que estaban más dispersos y todo el público coincidió en corear este tema al unísono. Con Warning, Skindred daba por finalizado un concierto que indudablemente fue in crescendo y que nos dejó con ganas de escuchar algún tema más.

Volbeat

Sin preámbulos y francamente, el momento esperado de la noche llegaba con los daneses Volbeat. Me alegra que su evolución se haya ido viendo sobre los escenarios y, sobre todo, en las salas que van copando año tras año (tres años).

Bien es cierto que el Palacio quedó algo desocupado, pese a que el momento más lleno de la noche fue sin duda para ellos.

Volbeat han conseguido consolidar un estilo único difícil de igualar y esta fórmula les ha funcionado muy bien. Sus trabajos son un soplo de aire fresco, y no hay nada más que escuchar su último disco Servant of the Mind. Es innegable que la banda lidearada por Michael Poulsen y Rob Caggiano nunca ha querido predominar en un estilo y ahora más que nunca queda claro que su sonido evoluciona y toma derroteros que los propios Volbeat han sabido y querido adoptar voluntariamente.

Personalmente me parecen una de las formaciones más sólidas actualmente y así lo transmiten en el escenario.

Aunque pudimos escuchar varios temas de su último trabajo, también quisieron recuperar temas anteriores como The Devil’s Bleeding Crown, con el que abrieron la velada.

Poco tardaron en llegar uno de los temas buque insignia como Lola Montez, en el que el público enardeció y se unió a la voz de Michael.

Difícil es interactuar en un escenario como con el que apostó Volbeat con pasarela, pero Michael y Rob Caggiano (guitarra principal) supieron cuadrar su coreografía y movimientos sobre el escenario a la perfección. Alternando performances en la parte delantera de la pasarela con otras sobre el escenario. Kaspar Boye (bajo) más coqueto y comedido también se animó a irrumpir en la pasarela en alguna ocasión, pero dejó el protagonismo a sus dos compañeros.

Se sucedieron otros temas igualmente reconocimos como Last Day Under The Sun o Fallen (pese a que I Only Wanna Be With You fue bastante recortada).

Michael conquistó el final de la pasarela ante una guitarra acústica para interpretar Sad Man Tongue, a la que se unieron sus compañeros hacia el final del tema en la parte más rápida. Rob y Michael a partes iguales disfrutaron de la pasarela y aprovecharon la disposición de esta para interactuar con el público durante todo el concierto. Guiño que se agradeció pues se pudo disfrutar de los músicos realmente de cerca.

No tardaron en sucederse las sorpresas con el siguiente tema, Wait a minute my girl, donde se lanzaron globos y se acompañó con un piano y un saxofón improvisados. Consiguiendo un sonido muy logrado que reverberó -para bien- en todo el estadio.

El concierto iba sin freno y otros temas igualmente reconocidos fueron transcurriendo: Black Rose o Seal the Deal.

Antesala de lo que iba siendo el final de la primera parte del concierto para dar paso a los bises, con Slaytan y Dead But Rising.

Tiempo de rigor, pero los daneses no se hicieron de rogar. Se guardaron un último as en la manga y para esta última parte se reservaron The Sacred Stones y Die To Live. Dos temas muy movidos que rompieron en la archiconocida For Evigt donde toda la sala cantó al unísono y que siguió con otra no menos reconocida como es Still Counting. Dos temas que sin duda han marcado la carrera de Volbeat catapultándolos a donde se encuentran hoy día.

No puedo decir que sea imparcial, pues Volbeat es uno de mis grupos predilectos, y el setlist se me hizo especialmente corto. Pero para ser la segunda vez que los veía, eligieron un setlist muy cuidado y el sonido, aunque tuvo sus momentos, estuvo a la altura en prácticamente toda la velada.

Espero poder verles de nuevo muy pronto, y ver si caen por algún cartel de algún festival el año que viene.

Crónica y fotos: Yolanda Sabater Algarra

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