Conciertos sala Rockville
Texto y fotografías: Sergio García Lavilla

En el fin de semana de las fiestas de San Isidro, donde tocaban Dorian, Carolina Durante, Karavana, Complices, y un largo etcétera de bandas, que abarcaban todo el amplio espectro musical, aterrizaban en una sala mítica de la capital (Rockville), el grupo neoyorkino de rock-soul The Last Internationale, para presentar su último y autoeditado quinto LP, Running for a Dream (2023).

Tras la interrupción de su tour europeo por la pandemia en 2020 en el que presentaban Soul of Fire (2019), el grupo creado por Delila Paz y Edgey Pires en 2008, se recluyó para componer su quinto Lp en el que se fusionan lo mejor del rock&roll con el blues aderezado con toques de soul, folk y metal.

La cita era en la sala Rockville, quizás algo pequeña para la cita, pero que adelantaba un gran concierto por la proximidad del público con el grupo, y el ambiente de rock and roll que destila la sala por todos sus poros.

Apertura de puertas a las 8 para disfrutar de una inesperada sorpresa de mano de los teloneros, el grupo gallego hard rock setentero, Crimson and Clover, nombre que nos hace retroceder a los años 60 recordando el hit de la banda Tommy James and the Shondells.

Con una sala a medio llenar saltaron al escenario los 4 jóvenes liderados por Candela Avendaño, que tras una pequeña intro, arrancaron con Red Hot, un tema que inmediatamente me transportó a los 70, mezcla de Led Zeppelin con la voz de Janis Joplin. Temas en castellano e inglés, hacen que la voz de Candela luzca de manera superlativa, aunque quizás ciertos temas en castellano tengan alguna estrofa forzada, sonando muy a Tahúres Zurdos. Temas como Luna Llena, Furor y el acústico Piedras en la Vida (boicoteado por unos elementos que no paraban de hablar), nos muestran una banda con mucho potencial en un entorno poco comercial, pero que, como decía su último tema Fuegosoy como quiero y vivo en libertad”.

Tras una pequeña pausa y una sala prácticamente llena para las fechas que eran y con un Real Madrid jugando a pocos metros, saltaron cual huracán al escenario The Last Internationale.

Delila es un ciclón, una autentica show woman con una voz prodigiosa, que desde el primer minuto del tema Killing Fields (2014) puso al público a saltar. Seguimos con Indian Blood (2011) en los que se empiezan a apreciar problemas de sonido que intenta solventar sobre la marcha el técnico de sonido. Salvaron el Mind Ain’t Free y el Fire pero tuvieron que parar ante los problemas con el micrófono.

Tras unos momentos de incertidumbre, consiguieron solventar el problema para retomar con el potente 1984 para hacer olvidar al público todos los problemas. Sin parar de moverse y hacer guiños al público, Delila era secundada por un Edgey al más puro estilo Slash, con solos de guitarra potentes y retorciendo las cuerdas para encontrar ese sonido macarra, garajero que tanto empasta con la voz de soul de Delila.

Hero, Hoka Hey y la envolvente Running for a Dream, en las que Delila nos mostró al piano, que es una multiinstrumentalista que nada hace envidiar al mismísimo Jack White. Su potencia de voz en los temas más garajeros es excepcional, pero cuando se enfrenta a temas más lentos, más soul, es cuando se eleva a niveles estratosféricos.

El tema Wanted Man es el compendio de todo lo que puede ser un temazo, con su crescendo y su pegadizo estribillo, calienta motores para la parte final del concierto. Con Hard Times (con el rift de Black Betty) aunaron todo lo que representa la banda, rock, blues, solos de guitarra, distorsión con el altavoz al estilo Jimmy Hendrix; que junto con el espídico 1968 cerraron el concierto, despidiéndose de un público que había vivido una experiencia inmersiva con una banda que no se deja nada en el tintero.

Pero, y ¿si no había sido todo?, pues efectivamente, quedaba un último tema, con Crimson and Clover y unos pocos privilegiados del público (la seguridad no dejó subir más pese a la petición de Delila) para corear Hit ‘em With Your Blues.

Un apoteósico final de fiesta que hizo olvidar todos los problemas de sonido, y que nos dejó un buen sabor de boca, esperando volverlos a ver en Festivales.

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