Crónica y fotos: Sergio García Lavilla
El motivo principal de agrupar los dos últimos días, viene de uno de los principales motivos por los que el Mad Cool 2024 será el de la verdadera transición para volver a recuperar el status que se ganó en 2018 (premio al mejor festival del año), tras los graves problemas del año anterior, que no es otro que un cartel algo errático y con mucho grupo de ediciones no tan lejanas.
No voy a hacer una crónica muy detallada como en los días anteriores (ver crónicas), sino una en la que podáis descubrir grupos que me habían pasado inadvertidos pero que tienen grandes directos, aunque también haré reseñas de los principales cabezas de cartel.
El tercer día se presentaba como el más flojo del festival, demostrándose por la menor afluencia muy concentrada en los dos últimos conciertos del dia (Sum 41 y Maneskin).
El inicio con el pop experimental del británico Benjamin Clementine a casi 40 grados no era muy alentador, ante una treintena de personas, el artista salvó el bolo con sus temas intimistas como Condolence, Nemesis o Genesis agradeciendo al público el esfuerzo bajo el sol.
La tarde fue mejorando gracias a las canadienses Alvvays en el escenario Orange (3), que a la postre, ha resultado el más Madcoolero de los tres, por los grupos que han pasado por él (de lo mejor programado). Era apuesta segura, con su pop que nos hace recordar a Camera Obscura, teclados, guitarras, shoegaze perfecto que llega a su máxima expresión con temas como Archie, Marry me, Pomerian Spinster y el que cerró Easy on your Own?
Tras acercarme a Sleaford Mods (famosos por haber cortado un concierto en la Riviera tras el incidente de la bandera palestina) con su punk-rap reivindicativo, en una puesta en escena muy particular por parte de su cantante Jason Williamson, que no acabó de encajar pese a ser ídolos en su tierra.
Me acerqué a ver a Black Pumas, pero el primer gran solape de la jornada, hizo que solamente viese un par de temas del psicodélica soul de los americanos para irme a ver a Tom Morello (soy fan de RATM) en el escenario Orange, que lo reventó junto a su hijo de 13 años, temas de RATM, homenajes a Cris Cornell, John Lenon con el Power to the People, sin olvidar del cañero Killing in the name (de lo mejor día).
El plato fuerte corrió a cargo de SUM 41; los canadienses, que llevan desde finales de los 90 con su pop-punk, aunque ellos se consideran una banda de rock, elevaron el nivel del día en el escenario 2 (el que mejor sonido tenía por cierto) con su sonido muy al estilo de los americanos Blink 182 o Green Day. La verdad es que Bizzy D logra enganchar a la gente con temas de ejecución rápida muy teenager (en los 90 molaban), que van cayendo uno tras otro Dopamine, With me, Rise up, alguna que otra cover de Queen (We Will Rock You), con fuego, cañones de confeti, para despedirse con Still Waiting que representa perfectamente el sonido de la banda.
Quedaba Maneskin en el escenario principal, con multitud de seguidores que habían ido exclusivamente para ver a estos italianos que se dieron a conocer en Eurovisión, pero que con un sonido algo deficiente (el escenario principal no acaba de tener buena acústica), hicieron las delicias de los fans con temas Dont Wanna Sleep, I Wanna be your slave (que tocaron dos veces), For your Love, Kool Kids con algún que otro fan en el escenario con su rock algo predecible y que te recuerda a otros grupos.
No me fui sin ver a mis Breeders (las gemelas Deal siguen como hace 30 años) con sus temas más míticos Cannonball, Safari, No Aloha, Invisible Man, Divine Hammer para cerrar con la cover de Pixies (Gigantic) recordando sus tiempos de bajista de la banda de Frank Black (antes de sus desavenencias).
El tercer lo salvó el escenario naranja, cosa que también pasó en cuarto y definitivo día de Festival.
El cuarto día era el de The Killers, con unos teloneros en las antípodas, como fueron Bring me the Horizon con un cierre a cargo de los británicos The Kooks, algo flojo, que todo el mundo comparó con el espectacular cierre del 2023 a cargo de Prodigy difícilmente de superar (Massive Attack o Chemical Brothers hubiesen sido perfectos).
No teníamos acreditaciones de los escenarios principales, algo que no había ocurrido para los medios menos top, pero que a la larga también tenemos seguidores, en grupos que tampoco se entiende (Avril Lavigne o Bring me the Horizon) que hicieron que muchos medios se desentendiesen de estos escenarios.
Tras el cambio de escenario de las mexicanas The Warning que sonaron muy bien con su rock adolescente, me dirigí a ver al americano Nathaniel Rateliff y su folk mezclado con R&B, que fue uno de los mejores conciertos del Festival haciendo de la escasa hora que tocó una auténtica fiesta sureña con temas como Trying so Hard, S.O.B. o Love Dont. Tras estos en el escenario naranja otra sorpresa, Lord Huron, siguiendo la línea de los anteriores, pero más orientados al country-folk, más ritmo, más county pero que empastaron perfectamente con los anteriores, además de descansar de la monótona Avril Lavigne (pese a que la engloban dentro del punk-pop que estuvo casada con el cantante de Sum-41) que tuvo sus momentos de gloria hace demasiado tiempo y que, como Madonna, es mejor que viva de los Royalties.
Antes de acercarme por el Show de BTH, ¡descubrí a los Fuet! en el escenario Mahou, que me sorprendieron el estilo muy IDLES, hardcore madrileño de muy alta calidad (en el punto de mira a partir de este momento) y estuve un rato viendo TooManyDjs en el Loop (fiestazo dj).
Pues un rato de BMTH con un gran sonido, gran puesta en escena, con algún problema inicial que retrasó el comienzo, el legendario cantante Sykes puso un ritmo alto que sus seguidores agradecieron, incluidos cañones y mucho fuego que ayuda a crear un ambiente hardcore. Temas festivaleros como Kingslayer, Can You Feel my heart, AmEn!, LosT y Throne hicieron las delicias de los más radicales si se pueden llamar así.
El momento The Killers fue lo esperado, el carismático Brandon Flowers y su look Las Vegas (que para eso lo recalca en sus actuaciones), hicieron las delicias del personal con una estética muy cuidada. Tal y como dijo, sería el anfitrión de un viaje a través de sus temas que siempre funcionan en los Festivales, como son Spaceman, Somebody Told Me, When your were Young, sin olvidar la cover de Erasure (Little Respect) y los clásicos Human o Mr Brightside con la que cerró la noche.
Momento especial fue cuando un chaval del público (Daniel) que portaba un cartón con ‘Quiero tocar la Batería’ subió al escenario en For Reasons Unknow para tocar el tema junto a la banda. Para cualquiera puede parecer que fue improvisado, pero por mucho que queramos que sea realidad, en las Vegas todo tiene truco (que se lo digan a Copperfield), al haber sido seleccionado previamente y preparado la canción, pero, al fin y al cabo, que viva el espectáculo.
Cierre por parte de The Kooks, que como ya he comentado, fue algo descafeinado y le faltó garra para cerrar un Festival de 4 días, cuando el año pasado Prodigy lo reventó, siendo una de las actuaciones más recordadas de la desastrosa edición del 2023. Mucha gente se fue antes de que terminasen, pese a tener algunos temas algo más animados como She Moves in Her Own Way, OOH la, Matchbox y cerrar con Naive (parando el tema por un problema con un espectador).
Como conclusión final, el festival ha dado con la tecla de la organización, algún problema de sonido en el escenario principal que deberían analizar de cara al año que viene, y sobre todo, mejorar la planificación de las bandas, sin tantos altibajos entre los días y poco más…….como se suele decir Progresa adecuadamente para volver a ser el mejor festival de España.
Agradecimiento especial a la organización de medios y en particular a Sara que nos facilitó el trabajo, y que sin su ayuda no podríamos haberos contado nada de todo esto.
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