Crónica y fotos: Sergio García Lavilla
Concierto perteneciente a la gira presentación del primer disco de esta banda irlandesa, que lleva por título ‘Come and See’, tras cuatro años de su primer concierto debut en Workman’s de Dublín, despliegan un sonido noise-gaze con claras influencias post-punk, que hacen recordar a los Fontaines DC en su disco Dogrel.
El quinteto irlandés liderado por el carismático Dan Hoff, acompañado por el nuevo e increíble bajista Charly McCarthy, O ‘Callaghan a la batería y los guitarristas Mark McCormick and Ben O’Neill, aterrizaban en la sala El Sótano de la mano de Primavera Tours (Primavera Sound) por segunda vez en Madrid.
No es de extrañar que hayan sido teloneros de la banda del momento Fat Dog, las Goat Girl o los reyes del shoegaze Slowdive, sobre todo por la descarga de energía que tienen en cada concierto, sin perder el hambre del primer día y dándolo todo en cada tema.
La cita era un domingo por la noche, detalle que no impidió que la sala colgase un sold out desde hacía varios días. Es raro que este tipo de bandas se dejen caer fuera de festivales, en los que los promotores no arriesgan tanto. El sótano no tiene un escenario elevado, por lo que situarse en la primera fila, produce una sensación de inmersión dentro de la banda, eres otro musico más y eso en este tipo de conciertos es una pasada.
Empiezan a sonar Can’t Take my Eyes off you, tema que popularizaron artistas como Gloria Gaynor y Boys Town Gang, precalentando al personal que, al contrario de lo que pudiera parecer, pasaban los 40 (quizás recordando su juventud punky) con bastantes ingleses camuflados (o eso creen).
Primera descarga sin anestesia con Nausea, distorsion, batería, bajo pesado, speaking y guitarras crudas……caos controlado, seguido de Close Call y su batería machacona creando un muro de ruido entre reverbs continuos que dan paso a Des Goblin (que podrían haber firmado Fat Dog) con su tono enojado, que es aprovechado para ver el primer pogo generado por el guitarrista de la banda, y que con Dipping Out cerraban el primer round.
El sonido es bueno, con bastantes problemas de afinación y ajuste de los pedales, de la guitarra y el bajo (con la tralla que le meten no se como aguantan las cuerdas). Con Prayers e Interlude nos dan un pequeño descanso, temas más liricos más oscuros, más Joy Division, variando el registro que es otro punto a favor de este tipo de bandas, que puedan moverse en un rango más o menos amplio del noise.
Hasta aquí llegó el descanso, encadenando a partir de aquí un final desgarrador, crudo, brutal, delicioso empezando por la más punk de todas las composiciones, Sing of the times, base de bajo profunda que va in crescendo para explotar en una descarga de reverb a medida que se desarrolla el tema.
Con la reivindicativa Approchable digna de un mosh pero que cierra más estilo shoegaze, se van despidiendo, presentándonos antes un nuevo tema Erasure y cerrando en un final brutal, con el tema que da nombre al único trabajo de la banda Come and See rozando el shoegaze casi la más cercana a Joy Division.
Fin de fiesta con apenas 45-50 minutos, que como dijo Hoff, “es todo lo que tenemos”, pero que nos supo a poco.
Gurriers es una banda realmente interesante, son únicos y emocionantes, transmiten energía y suenan muy bien en directo.
Altamente recomendables si te gustan Ditz, Idles, Fat Dog.