Temples en directo en Madrid

Crónica y fotografías: Sergio García Lavilla

Gira presentación del cuarto disco de la banda inglesa de rock psicodélico que lleva por nombre Exótico y que nos llevan a la sala Lula Club en un concierto que nos retrotrae a finales de los años 60.

Lejos queda ya el brillante álbum debut Sun Estructures en la que dos amigos, el cantante y guitarrista James Edward Bagshaw y el bajista Thomas Edison Walmsley, en un proyecto casero y a través de Youtube, se dieron a conocer como un grupo que bebía de las fuentes de los Beatles de la etapa “Revolver”, del jangle pop tipo Turtles, del pop lisérgico británico de finales de la década de los 60, estilo Pink Floyd con Syd Barrett, The Zombies,….

La cita era en el Lula Club en Gran Vía dentro de una serie de conciertos altamente recomendables, pero que se me antojaba algo limitada de aforo para ver a esta banda que ha tocado en Festivales, y que más tarde se corroboró con un más que amplio Sold Out.

La cita era a las 8 en plena Gran Vía madrileña. Según me iba acercando, se apreciaba una pequeña cola que me extrañó, pero que teniendo en cuenta que el concierto no empezaba hasta las 8:45, suponía que los seguidores estaban refrescándose en los bares cercanos. La sala para el que no la conozca, es una antigua sala de fiestas con aire retro que la predisponía aún más para el viaje a los 60s que nos disponíamos a llevar.

La sala se iba llenando de fieles y con algo de retraso, a eso de las 9 con un público ya nervioso, descendieron por las escaleras el cuarteto formado por Bagshaw, Walmsey, el bajista Tom Walmsley y el batería Rens Ottink ante una lluvia de aplausos mientras conectaban sus pedales a sus instrumentos para comenzar con la lenta introducción de Liquid Air cargada de sintetizador, fuzz y bajos pesados, con la melancólica voz de James entre luces azules y humo denso, directos a los 60.

Sin más anestesia nos encontramos con Certaintly, el tema más potente de Volcano en el que el riff de guitarra con un moog intenso nos transporta a un universo de sonido psicopop. Seguimos con Cicada de su último álbum con un ritmo más tenso y una batería más presente, pero con unos rifts más orientales y un estribillo muy pegadizo.

Tras el riff guitarrero y el down tempo de Holy Horses y el western psicotrópico de Exótico, llega el bloque de temas de su último LP, con el medio tiempo de Oval Stones, el sunshine pop de Slow Days, el Funky Afterlife, sin olvidar la envolvente psicodelia, el bajo dinámico de Hot Motion.

El concierto se va desarrollando en un ambiente endiabladamente absorbente, mágico, melodías que te transportan a dimensiones lejanas, con un Bagshaw mistico en estado de gracia, hasta tal punto que dejó anonadada a una chica de la primera fila al darla la pua en medio del concierto.

Es el momento de Paraphernalia, una potente intro que todo el mundo coreó con el tradicional la la la, su estribillo con falsete, ritmos pop estilo Beach Boys, para ir recordando que el concierto estaba a punto de acabar.

Con Gamma Rays, quizás el tema más potente de su último disco, en el que mezclan todo su amplio catálogo musical, desde la psicodelia cargada de moog, Funky y Disco de los 70 en un Benidorm de ataque a las suecas, abandonan el escenario para los típicos bises.

Tras unos minutos de un público coreando al grupo, volvieron para rematar la velada con dos temas de su primer y más potente disco. El corte oriental y melódico riff de guitarra de Mesmerise más encaminado a The Byrds con un toque de Hollies, quizás el menos psicodélico y más popero de su primer trabajo.

Se despiden con Shelter Song un pop psicodélico que nos transporta a Woodstock 69 donde podríamos encontrarnos con Jefferson Airplaine, Grateful Dead, Creedence Clearwater, Ravi Shankar.

Ver un concierto de Temples es viajar a la psicodelia de los 60, dejarse llevar, dejar que el ritmo te invada las venas, dejar que las preocupaciones se pierdan como Lagrimas en la Lluvia.

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