Crónicas de conciertos en Madrid

La banda neoyorkina visitaba el pasado domingo 15 la sala Joy Eslava en Madrid de la mano de Son Estrella Galicia en una amplia gira española que pisa en estos dias escenarios de Zaragoza, Ferrol, Córdoba, Sevilla, Granada, Valencia, Barcelona y Santander presentando su último álbum “The Echo of Pleasure”.

Con una banda fantástica abriendo para ellos, la debutante Apartamentos Acapulco con unas preciosas canciones Pop con voces sencillas que pueden recordar al indie español de los 90, viniéndose a la mente grupos como La Buena Vida, con alguna preferencia también por la distorsión en algunos momentos muy en la onda de los siempre admirados Los planetas. A fin de cuentas una magnifica banda con grandes melodías pop.

The Pains Of Being Pure at Heart no se hicieron esperar y no tardaron mucho en salir para comenzar con la canción que abre su nuevo disco “My Only”, demostrando su buen estado de forma a la hora de crear canciones, continuando con uno de sus mayores éxitos inmediatamente “Heart in Your Heartbreak” , haciendo que el concierto coja un buen ritmo nada más empezar, encajando de manera magistral sus canciones nuevas en su destacado repertorio, así, fueron alternando canciones nuevas como “Anymore”, “When I dance With You” con canciones gigantescas como “Higher than the Stars”, “Young Adult Friction” o “Come Saturday”, cerrando con la canción que da nombre a su tremendo segundo disco “Belong”.

Volvió a salir Kip Berman, único miembro original de la banda para tocar una canción nueva en solitario, para acto seguido terminar el concierto soltando “Eurydice” y “This love is fucking Right!”, cuando los miembros de la banda ya abandonaban el escenario, Kip realizó un gesto a la banda para dar un poco más a su público tocando la canción que da nombre a la banda “The pains of Being pure at Heart”, dejando tras de sí un gran concierto, con la única pena de dejar la sensación de ser demasiado corto (poco más de una hora), pudiendo distar poco de lo que pueden ofrecer en un festival.

Texto: Ramón Bravo Martín