Green Day en Madrid

Crónica: Sergio García Lavilla

Bajo esta denominación se esconde el concierto de Green Day dentro de la gira mundial de The Saviors Tour, en la que tocan íntegramente sus dos trabajos más aclamados, «Dookie» y «American Idiot», durante más de dos horas y media de descarga de adrenalina.

Tras un Tomavistas en la misma ubicación que brilló por la buena organización, a la espera del festival Rio Babel que traerá entre otros a Amaral, Two Door Cinema Club, Juanes, Calamaro, a finales de mes, nos dirigimos a disfrutar de un día de buena música.

Había quedado con mi colega Alberto a tomar algo a las 5 antes de entrar para ver la primera actuación del escenario principal, pero ante mi sorpresa, la cola que había para entrar era del estilo Taylor Swift (había gente durmiendo en la puerta desde anoche) y ¡habían abierto a las 4!, cosa que pintaba muy mal (me recordó al primer día de Mad Cool del año pasado).

La primera actuación era de Maid of Ace, un grupo de punk rock inglés compuesto por las hermanas Elliot a las 16:30, para ir calentando motores, que no nos dio tiempo ver.

Esperando que la fila de entrada se fuera disolviendo, no fue hasta bien empezados Interrupters, la banda de ska punk estadounidense en la que la cantante Aimee Allen y los hermanos Bivona, destilan energía y pasión en cada uno de sus temas que nos hacen retroceder hasta los clásicos grupos de principios de los 80s, que tuvo su principal adalid en The Clash, secundados por bandas como Rancid, Bad Manners, auténticos rude boys. Temas como In the Mirror, Raised by Wolves, She got arrested, covers como Bad Guy (Billie Ellish) y la skatalitica A Friend Like Me empastada con Family fueron un gran arranque de festival en el escenario principal.

Una de las primeras cosas que no me gustaron, fue la distribución de la zona del escenario principal, con una Fan Zone de casi 60 metros (cobrada como Premium) que reducía considerablemente la zona de gran público, con la zona Vip en los laterales y unas barras centrales que impedían el movimiento. Esto generaba dos pasillos (como ocurrió en el Mad Cool con la ubicación de los baños) que eran autenticas ratoneras, que como más adelante os relataré, generaron situaciones de riesgo en la actuación de Green Day.

Nos acercamos al escenario secundario a ver a EMLAN mientras pedíamos unas birras (lo del vaso 2 euros y la cerveza a 7 euros me acababa de confirmar mis sospechas) pudimos escuchar algún tema de este Tik Toker que nos recuerda a grupos como La Pegatina o Despistaos, con rollo skater en el escenario.

La gente seguía entrando y ya nos costó acceder a HIVES, aún tirando de conocimientos de Festivales, cosa que no me estaba gustando nada, teniendo en cuenta que todavía era de día y no cabía un alfiler. Que decir de estos suecos, son fiesta pura, conexión total con el público, temazos que hacen que no pares de saltar, como ya hicieron en la Riviera el año pasado, Main Offender, Walk idiot walk, Hate to say i told you so, su clásico C’mon, despidiéndose con Tick tick Boom.

En el escenario secundario estaban 30s40s50s que es la nueva banda de rock conformada por Bely Basarte, David Otero y Tato Latorre, con temas repletos de guitarras que nos llevan de lleno al punk-pop que reinaba en los noventa, con BPMs muy altos y mucha energía, poca gente ya que se estaban preparando para Green Day, mientras comían en la zona de los Food Trucks (abarrotada) y en la zona de merchan (ojo a los 45 pavos por una camiseta de Green Day).

Media hora antes del concierto era imposible llegar a menos de 100 metros de la valla de los premium, pero lo peor estaba por llegar, ya que la gente no veía esa valla y seguía empujando hacia adelante. La gente conseguía llegar a una posición más o menos cercana tras empujones y conatos de peleas entre los que estaban desde los Hives, y los que entraban nuevos. El aforo de 35.000 personas es excesivo para el recinto, ya que la circulación por el mismo era prácticamente imposible.

Empieza a sonar Bohemian Rapsody y no cabe un alfiler, se echa la noche y los que no son muy altos no ven absolutamente nada, cosa que se podía haber evitado si no hubiese premiado las ganas de hacer dinero vs seguridad y disfrute de la gente.

Con Blitlzgrieg Bop de los Ramones y la marcha imperial de Star Wars, da comienzo el Show de GREEN DAY con The American Dream is killing tema de su último disco, con lo que se desata la locura y los saltos, pogos, cervezas voladoras,…..Y con Burnout conectamos el Delorean que nos llevaría a nuestra juventud, recorriendo los temas de Dookie, entre los que destaco sobre todos los demás, el eterno Basket Case, Having a Blast, la brutal intro de bajo de Longview que desemboca en unas frenéticas guitarras……momento en el que la locura se desató.

Con algún altibajo, llegamos a All by myself en modo orquestal que nos prepara para un tema en el que una agraciada fan sube al escenario a cantar el Know your enemy con un salto final hacia las primeras filas.

Tocaba el turno a American Idiot, quizás no tan bueno como Dookie, pero con temazos que hicieron las delicias de los que eran capaces de aguantar el hacinamiento y el incesante viento que se estaba levantando, haciendo que el sonido cada vez fuera más deficiente en las zonas de pantallas, en las que aún podías moverte algo.

Momento avión hinchable que fue capturado por la multitud fue un momento de relax, ante un público cada vez más enervado por el agobio y los pogos. Sufriendo más que disfrutando el concierto, llegamos al final tras 36 temas y un sabor agridulce.

Lamentablemente multitud de gente no disfrutó del concierto, al estar muy lejos no llegaba el sonido y lo veían por una gran pantalla (es como verlo en casa), y los que consiguieron acercarse estaban tan apretados que no te podías mover del sitio, viendo algo si eras relativamente alto, pero tan pegado y expuesto a golpes que no prestabas atención más que a mantenerte en pie.

A Landwagon llegue tras un peregrinaje a través de miles de personas que comentaban los mismo, mala organización y demasiada gente para un aforo y una distribución muy lamentable. Un par de temas ante muy poco público y un viento que empezaba a resultar molesto fueron suficientes para retirarme a casa.

De camino al coche, miles de personas intentando encontrar un medio de transporte, cosa que resultaba tarea imposible y que remataba a muchos asistentes tras dos horas y media encajonados.

Creo que Rio Babel debe aprender de los errores cometidos en este Road to Rio Babel, porque de no hacerlo, puede haber un problema muy importante el día de Amaral, sobre todo por la mala distribución de la zona del escenario principal y que el público será menos bregado en conciertos masivos en los que tienes que saberte mover para no acabar en el suelo.