Conciertos en la sala El Sol

Le Voyeur presentó el pasado 5 de Mayo su último trabajo, Episodio Aparentemente Letal, en la sala Sol de Madrid. Este álbum, lanzado progresivamente a través de varios EP, rugió con fuerza en el céntrico local. Los músicos vestían sus característicos trajes oscuros, destacando con el blanco a la corista y única integrante femenina, Sandra Delaporte. El show comenzaba con ‘Qué Bello Es’ y ‘La Tierra Fértil’, Le Voyeur se define en iTunes como college rock, pero las melodías agridulces y las escalas menores instauraban en el lugar un áura de ópera dramática.

La producción brillaba, y es que los efectos sonoros que acompañan a las canciones eran perfectamente ejecutados en directo. Unas breves frases introducían cada canción, a menudo pronunciadas por el escritor Bruno Galindo. Estas intervenciones, junto a las letras de ‘Episodio Aparentemente Letal’, abrían un debate filosófico, un existencialismo moderno en el que se cuestiona nuestro lugar en el imperio tecnológico y que muestra la nostalgia que acompaña a la madurez. ‘Ciudadano Spam’, ‘Error 404’ o ‘¿Quién Ha Borrado el Bosque?’ son prueba de ello, las introduce Miguel Marcos como si fuéramos niños escuchando al viejo abuelo contar un cuento. La compañía vocal de Delaporte se hace imprescindible y reconfortante en canciones como Sanas y Salvas, donde contrasta con la grave y terca voz de Miguel Marcos.

Fue un momento cúspide cuando el vocalista pidió que alguien del público le prestara su teléfono móvil con la aplicación Twitter en pantalla. Se encontraban tocando una nueva canción que rezaba eyacular en twitter, «algo que todos hacemos». Pararon brevemente sin que el ritmo de batería se detuviese para leer las noticias destacadas de la red social, en un contexto cómico. Marcos se desataba gritando Asesíname como si lo desease de verdad, y nos confesó con sinceridad y valentía el duro momento en el que su hija recién nacida estuvo fallecida en sus brazos durante un minuto, pero que felizmente logró sobrevivir, con la canción final del álbum ‘La Niña Minotauro’.

La primera fase del espectáculo terminó con ‘La Cocina Gulag’. Antes del estribillo final, tal y como ocurre en la versión de estudio, subieron al escenario a los niños que veían el show sobre los hombros de sus padres, y ayudaron a cerrar con inocencia y dulzura la pieza coreando «en la cocina Gulag». Le Voyeur saldría del escenario para volver minutos después aclamados por el público, cuando aprovecharon para presentar a todos los miembros de la banda y para acompañarse del productor del disco. Alberto Malalengua salió al escenario con su camiseta de Bowie y acompañó con sus vocales al cantante, acabaron con una versión y se despidieron con el calor de El Sol.

Texto: Alberto García Méndez