Concierto perteneciente a la gira pospuesta del sexto disco “Ataque Celeste” (2020) de la banda pamplonica en la renovada sala Jaguar Club (Lula Club) en pleno centro de Madrid.
Seis años después de publicar “Ballenas muertas en San Sebastián”, un disco basado en el sonido oscuro after punk a lo Joy Division, Portishead, The Clash, Velvet Underground; con el mítico tema «Babel» como estandarte, pero un poco sórdido en su conjunto a mi parecer, y tras el parón de la pandemia, presentan los hermanos Arizaleta junto con Cristina Martínez y Dani Ulecia su nueva creación, más funk, más clara, más vocal, más melódico, sacándole más partido a la electrónica en temas como «Preparada», «Huir» o el propio «Ataque Celeste».
El viernes coincidí con un par de colegas, Jesús y Joserra, con los que suelo ir al Mad Cool (tengo entradas desde hace 2 años y muchas ganas) en la puerta de la sala con tiempo suficiente para poder inspeccionar la sala y tomarnos unas cervezas dentro. La sala recuerda a discotecas de otros tiempos, estilo Studio 54, con forma circular y una especie de escenario (mesa DJ) donde se sitúa el grupo sin apenas distancia con el público (salvo una pequeña valla). El sitio tiene buena pinta (aunque un par de columnas reducen bastante la visibilidad) para un concierto con un máximo de 1.200 personas (muchas me parecen) que a los amantes de ambientes más tipo Sala El Sol les gustará.
Primer plato fuerte con «Babel», la sala se viene abajo con los primeros acordes de sintetizador, tras este subidón enlazan una serie de temas de Ballenas algo más oscuros como «Ballenas», «Cactus y Azulejos», «A la Espalda del mar»; que calman un poco al personal.
Cerramos el bloque principal del concierto con temas míticos del LP Diamantes (2010) en los que se muestra el sonido Kraut característico de la banda al más puro estilo Kraftwerk, «Clauster», mezclado con guitarras hipnóticas y aceleradas, con la voz de Álvaro como hilo conductor desde su batería como son «Diamantes», «Perlas» y el mítico «Toro», el himno postpunk de la banda recientemente versionado por Delaporte con el que se despedían de un público con muchas ganas de más y que está inspirado en el River Euphrates de Pixies.
Sensaciones finales muy buenas por la sala, la acústica, el grupo,…. en fin, un buen concierto que salvo alguna cosilla de Sobresaliente. Por cierto, el bajista Dani, es todo un espectáculo.
Crónica y fotografías por Sergio García Lavilla.