Concierto Sabina WiZink Center 2023

Crónica: @mr.barciela

Ayer las calles de Madrid se engalanaron de bombines negros, nuestro Joaquín Sabina despedía una gira muy especial en su Wizink Center, pabellón que tantos sustos y alegrías le ha dado en estos últimos años.

Después del susto que nos estremeció a todos, cuando en la pasada gira “No hay Dos sin Tres” con Serrat en el 2019, en el propio Wiznk, Sabina se precipitara al vacío y tuviera una serie de lesiones, y con una pandemia de por medio, que Joaquín volviera a salir de gira era un acto de celebración infinita. Nuestro “Bob Dylan” español volvía a la carretera con toda la banda, salvo con el guitarrista Pancho Barona, escudero de Sabina durante muchos años pero que por una serie de desavenencias esta vez no quiso contar con su guitarra. Esta gira se producía a propósito del lanzamiento del documental “Sintiéndolo Mucho” dirigido por Fernando León de Aranoa, el cual introdujo las cámaras en la vida de Joaquín, pudiendo verse cómo se preparaba para salir a actuar, en su camerino, procesos de composición, noches de juergas, sin duda un regalo para todo seguidor y amante de la música.

En la noche de ayer, 20 de diciembre, Sabina despedía su extensa gira “Contra Todo Pronóstico” que le ha llevado a cruzar el charco por toda Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, llegando a tocar en míticos recintos como el Madison Square Garden de New York o el Royal Albert Hall de Londres. Su Wizink estaba a reventar, era su último concierto del tour y quién sabe si de su carrera, esperamos que no sea así.

Mientras los espectadores iban localizando sus asientos, en el hilo musical podían escuchar a los grandes de la música como a Carole King con su “You Make Me Feel”. Como última canción antes del show, se escuchó el último tema de Joaquín que da nombre a la gira “Contra todo pronóstico”. Seguidamente, las luces se apagaron y la banda fue subiendo al escenario con Sabina en último lugar, con su característico bombín, esta vez de color blanco y una chaqueta a rayas azules y negras, recibiendo una gran y calurosa ovación interpretando “Cuando era más Joven”. Una vez terminada, Sabina agradeció a su público y confesó que contra todo pronóstico seguía en el escenario, también no quiso perder la oportunidad de manifestar el miedo que siente cada vez que toca en Madrid, esta ciudad es muy especial para él, haciéndonos un regalo en forma de poesía y tocando “Yo me bajo en Atocha”. Sonaron más éxitos de su repertorio más nuevo en esta primera parte, como “Lo niego todo”, “Lágrimas de mármol” y viejas conocidas como ”Mentiras piadosas” o “Cuando aprieta el frío”. Para “Por el Bulevar de los sueños rotos” Sabina decidió acordarse de los amigos que le han ido dejando durante estos últimos años como Javier Krahe, Pablo Milanés, Aute y también de su queridísima Chavela Vargas a la cual le cantó esta canción mirándola a los ojos, el día que la compuso.

Para presentar a su banda, Sabina aprovechó la última parte de “Llueve sobre mojado” fue nombrando a cada uno de ellos. Sus músicos son muy importantes para él y además le hacen de soporte para que durante todo el concierto Joaquín pueda descansar, cediéndoles el escenario para que canten canciones de su repertorio. Mara Barros (corista) cantó “Yo quiero ser una chica Almodóvar”, “La canción más hermosa del mundo” fue para Antonio García de Diego (teclado y arreglista) y Jaime Asúa (Guitarra solista) “El caso de la rubia platino”.

Sabina, con un cambio en la vestimenta, camisa negra con lunares rojos, se guardó sus éxitos más importantes para la segunda parte. Canciones como “Tan joven y tan viejo”, su obra maestra “19 días y 500 noches”, “Peces de ciudad” y “Sin embargo” canción muy bonita en directo, ya que Mara Barros interpreta el tema “Y sin embargo te quiero” y la solapa a la del compositor de Úbeda. Para “Una canción para la Magdalena” Joaquín recitó un poema donde describía el cuerpo de la mujer, alegando que “Esa era su patria, alrededor de él, no había nada más”. Una versión muy rockera de “Princesa” cerró esta parte del show, levantando a todo el pabellón de sus butacas, dando paso a los bises finales.

Joaquín volvió a cambiarse de ropa para despedir la última parte del recital, esta vez con bombín negro y frac del mismo color. “Contigo”, “Noches de boda/ Y nos dieron las diez” y “Pastillas para no soñar” pusieron el cierre a una velada muy especial. Confiando que esta no fuera la última actuación de este gran y querido compositor.