Crónica conciertos 2017 en Madrid

El Primavera Club regresaba a la capital después de cinco años de sequía, cinco años en los que se ha reinventado, ya no encuentras grandes nombres en su cartel, pero la calidad de la marca Primavera sigue estando intacta, contando en su cartel con grupos enormes de gran proyección y alguna sorpresa, a un precio francamente insuperable visto lo que nos pudimos encontrar el pasado fin de semana. Tres días de conciertos, con el teatro Barceló como epicentro del festival, un domingo con cuatro conciertos en la sala Joy Eslava y una sorpresa mayúscula de última hora en el OchoyMedio.

– Viernes 20: El primer día lo comenzamos con Smerz una banda formada por dos chicas cuya mezcla de electrónica minimalista y voces pop susurrantes más cercanas al R&B hizo que ya pudiésemos atisbar toda la variedad que nos íbamos a encontrar durante el día en la sala. Las siguió la banda catalana Cor Blanc, con un por minimalista que encaraban con la ayuda de guitarras, cajas de ritmos y teclados siendo capaces de construir canciones de manera personal y sencillas. De los sonidos suaves pasamos a la tralla de Blanck Mass, bacalao con melodías cercanas al rock, para cambiar de tercio con St. Woods, un folk acústico con canciones echas para ligar al más puro estilo Damien Rice o David Grey, con una voz preciosa que ganaba en sus canciones más sencillas y acústicas, pero que se enturbiaba cuando hacia uso del pedal de loops con el que parecía estar todavía bastante verde, el pedal para grabar ritmos no funciono del todo bien durante el concierto solventándolo de manera extraordinaria tocando sus canciones en medio del público demostrando defender sus canciones con solvencia.

Volvimos al escenario principal para poder ver a todo un descubrimiento, Gabriel Monzón-Montano con una propuesta austera donde el solo al piano fue desgranando su primer disco, “Jardín“, reuniendo una gran cantidad de géneros como soul, funk, R&B, pop e incluso atreviéndose con la cumbia “El alegre Pescador”, un tipo al que seguir muy de cerca con un futuro espectacular. De vuelta al cielo de Barceló nos encontramos con los turcos Jacuzi una banda con sonido Joy división con teclados más cercanos a Depeche Mode y vimos cerrar el escenario principal del teatro Barceló a Amber Coffman, que presentaba su primer disco “City of No Reply”, una colección de canciones Pop mayúsculas con la inspirada voz de la ex-dirty projectors. Terminaba la jornada y subimos al cielo de Barceló por última vez para ver una de las bandas emergentes vascas de las que más se está hablando, Vulk, con un sonido oscuro con gran presencia de bajo que nos hace recordar al Peter Hook de Joy división.

Tras la larga jornada quedaba todavía la gran sorpresa del festival, The breeders, el grupo liderado por Kim Deal (la exbajista de Pixies), ofreció un concierto especial repasando todos éxitos como “Cannonball” o la estupenda “Drivin’ on 9” y presentando una nueva canción “Wait in the Car” firmando su esperado regreso y demostrando un genial estado de forma sobrepasando el tiempo que tenían previsto tocar en un principio, dejando contento a todo el público y con la sensación de haber amortizado ya el precio del abono.

– Sábado 21: La segunda jornada sería sin lugar a dudas la más larga de las tres y es que a los conciertos en el teatro Barceló habría que sumar unas sesiones de electrónica hasta las 6:00 de la mañana en la sala Taboo. Un segundo día inmenso, con una alta vertiente rockera, la banda madrileña Favx, con sólo cuatro canciones de enorme calidad editadas y con una clarísima proyección internacional que en los próximos años debería traspasar nuestras fronteras, la banda americana Flat Worms dando muestras del rock garajero de su debut de nombre homónimo, pasando por el rock bailable con sintetizadores del portentoso directo de DBFC, la revitalizante furia punk del grupo belga Cocaine Piss o de una de las grandes esperanzas del rock en español el grupo Barcelonés Medalla en su primera visita a Madrid.

Podríamos destacar casi todos los conciertos y bandas del festival como el pop de Ganges, el rock de grandes canciones de Gold Connections, la electrónica pop de PAULi. o el directo de CLAP! CLAP! cargado ritmo con la ayuda de dos baterías y un bajista.

Por el camino asistimos a uno de los conciertos que se quedará grabado en las retinas de todos los asistentes al festival, el concierto de Superorganism, banda que casi se puede decir que tiene más Hits que canciones, con una presencia sobre el escenario de banda gigantesca, con proyecciones cuidadísimas, un grupo de tres coristas bailando, músicos detrás de unos paneles tocando y una líder de nombre Orono, una chica japonesa de 17 años que realmente aparenta tener 7 menos y que dejó muy loco al público con hits como “Something in your Mind”, “It’s all good”, “Nobody Cares” o “Everybody Wants to be Famous”.

– Domingo 22: La última jornada del festival cambió de lugar para pasar a la sala joy eslava con cuatro conciertos más, los murcianos Poolshake con su psicodelia pop, Camila Fuchs la cual dividió al público con su música experimental con sonidos ambientales y una voz próxima a Björk, el enorme directo cargado de teatralidad de Starcrawler que no pasó desapercibido para nadie, con una delgadísima Arrow de Wilde ejerciendo de frontwoman con toda clase de estratagemas en pro del espectáculo, desde escupir sangre falsa al público, pasarse la mano por el sexo para después acariciar con esta al público a saltar hacia el público para morderlo literalmente, algo que quizás haga que su rock joven y aguerrido pase algo desapercibido debido a la grandeza de su directo. Finalizó Yellow Days un grupo de enorme futuro, con sólo un EP publicado y varios singles siendo la fusión perfecta entre la voz de King Krule con las guitarras a lo Mac de Marco, con un uso de los teclados excepcional. Un concierto que lo único que se le pudo achacar fue de la linealidad de su set, ya que la mayoría de sus canciones se podrían enmarcar en la balada.

El primavera Club 2017 terminó con la sensación de ser imbatible en la calidad y precio que este ofrece, rememorando los tiempos en los que la música no era tan accesible y el mundo iba a un festival de música a descubrir nueva música, donde conocía a lo sumo dos o tres grupos y volvía del festival siendo fan de otras diez bandas más. Un festival de 10 que esperemos siga trayéndonos nuevos nombres que descubrir cada año a Madrid.

Texto: Ramón Bravo Martín

Fotografía: Dani Cantó