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Crónica: Víctor Robi

En esta ocasión, me acercaba a Sala Mon para asistir a uno de los conciertos programados por las Cervezas Alhambra dentro de su interesante Momentos Alhambra, en concreto para ver a Roberto Carlos Lange, también conocido como Helado Negro.

Es un músico y compositor ecuatoriano-estadounidense conocido por su trabajo en la música electrónica y experimental. Lange ha ganado reconocimiento por su estilo musical único que combina elementos de electrónica, pop, música latina y folk.

Algunos de sus álbumes más destacados incluyen «Private Energy» y «This Is How You Smile». Su música a menudo se caracteriza por letras poéticas en español e inglés y por la inclusión de ritmos y sonidos eclécticos en sus composiciones. Helado Negro ha recibido elogios de la crítica y ha desarrollado una base de seguidores leales gracias a su enfoque innovador de la música.

Volviendo al concierto y tras coger una 1925 de la barra vemos salir al cantante, ya con su apariencia nos genera simpatía que se traduciría en un buen ambiente durante todo el concierto. Tras agradecernos el estar allí presente un lunes, comienzan a sonar Purple tones y en seguida se mete él al público en el bolsillo con su suave voz que parece por momentos un susurro hipnótico.

Continuaríamos con Gemini and Leo, con la que sacaríamos la otra faceta de este cantautor el baile esa danza que te anima a unirte y bailar al mismo ritmo, como he dicho anteriormente, el público sabía a lo que iba y se metió de lleno en ese baile que proponía.

Con There must be a song like you y Hometown dream volveríamos a esa divertida calma que nos propone, y en especial con esta última, que por momentos nos recuerda al Chillwave de Toro y Moi. Esta corriente seguiría vertiéndose con la sentimental Aguas Frías.

Sin darnos cuenta, ya estaríamos llegando al ecuador del concierto, aunque aún nos quedaría por disfrutar de temas como Agosto, Are I here o L.F.O su último single con el que la Sala Mon quemaría las zapatillas. Cerrando la parte oficial de concierto y agradeciendo de nuevo la oportunidad de estar allí, gozaríamos con ese melocotonazoque es Agosto.

Como es costumbre para el bis suelen guardar el armamento pesado y así fue con Sábanas de Luz, País nublado y Running que llevarían al público de menos a más consiguiendo al final cantar esta última a medias con el cantante.

El concierto fue una delicia, funcionó todo a la perfección y supo combinar los momentos suaves con los más animados. Así que solo me queda agradecer a los promotores por darnos oportunidad de disfrutar de tremendo artista con el excelente marinaje, nada como una cerveza de la tierra, y animar a los valientes que lean esta crónica a echar un vistazo al resto de la programación que trae a geniales músicos como Sunny War, Hermanos Gutierrez o Alan Sparhawk.