conciertos de Madrid

El pasado martes 29 de agosto pisaba el escenario de la madrileña sala But la banda más mitificada del Reggae, sin la alargada sombra de su líder y leyenda de la música Bob Marley. En un principio había muchas dudas sobre ellos, sólo unos pocos miembros originales de la banda, el guitarrista Junior Marvin y el bajista Aston Barrett, los cuales están muy mayores, no hacían que hubiera muchas expectativas hacia el concierto que podrían dar.

Todas estas dudas se disiparon desde la primera canción “Irie”, con Junior Marvin al frente en plena forma a sus 68 años, una banda plagada de buenos músicos y una colección de grandes canciones hizo que el concierto fuese disfrutable de principio a fin. El concierto se centró en sus canciones más alegres, dejando de lado canciones más introspectivas, se sucedían canciones como “Buffalo Soldier”, “Trenchtown”, “I Shot the Sheriff”, “Three Little Birds” o “One Love”, sin que el concierto decayese en ningún momento. Sin lugar a dudas la elección de canciones tenía la diversión del espectador como principal meta además del propio lucimiento de su guitarrista principal, dando lugar a unos solos de guitarra más propios del Rock que del Reggae con “The Heathen” como máximo exponente, pero sin obviar “No woman no Cry” o la canción con que se despidieron “Jamming”.

Como suele pasar en todos los conciertos siempre se guardan unas cuantas canciones hacia el final después de hacer un pequeño parón, parón que sirvió para que el público se empezase a dar cuenta de todas las canciones que faltaba y que no iban a tocar, más cuando la gira lleva el nombre del clásico recopilatorio de Bob Marley & The Wailers “Legend”, y es que cuando se echa la vista atrás quedan las canciones mas intimas fuera del set en favor de sus canciones más alegres y positivas. Cuando el público se percato de ello intentó poner remedio de alguna forma y así comenzaron el bis con la maravillosa “Redemption Song”, la cual no estaba preparada y tocaron a petición del público haciendo con ello uno de los momentos más mágicos de la noche, cuando Junior Marvin empezó a tocar algo tímido las primeras notas de la canción para ser seguido por el resto de la banda improvisando un momento que en un principio no estaba preparado haciendo que el concierto se saliese del guion prestablecido por momentos, encadenando así de manera magistral una canción de corte meditado con el riff y la explosión de optimismo que trasmite “Could You Be loved” cerrando más tarde con “Exodus”.

Un concierto mayúsculo, The Wailers, renovados, pero con la misma actitud de antaño, superaron todas las expectativas que había sobre ellos. Una pena que el ritmo alegre del concierto haga que canciones algo más lentas como “Waiting in Vain”, “Satisfy my Soul”, “Stir it up” o la propia “Redemption Song” se queden en el olvido para favorecer con ello los momentos de fiesta y alegría.

Texto: Ramón Bravo Martín