Crónica: Víctor Robi
Hoy es una de esas crónicas que se hacen con sentimientos encontrados: por un lado, voy a ver a uno de los grupos de mi juventud y, por otro, es su gira de despedida, lo que significa que será la última vez. Por si hay algún despistado, hablamos de los canadienses Sum 41.
La banda es conocida por su estilo de pop punk y rock alternativo, y han lanzado varios álbumes exitosos, incluyendo «All Killer No Filler» (2001) y «Chuck» (2004). Su sencillo «Fat Lip» fue un gran éxito y sigue siendo una de sus canciones más populares.
Salen a toda mecha desatando la locura con «Motivation». Si alguien tenía dudas, aquí se vino a bailar, saltar y poguear. Esto último lo consiguieron con el segundo tema, todo un clásico como es «The Hell Song». Deryck y compañía no nos darían ningún tipo de descanso con «Over My Head (Better Off Dead)», «No Reason» y la coreada «Out for Blood», demostrando que están en una forma sensacional.
Antes de «War» darían las gracias a todos los fans por estar en las buenas y en las malas, dando paso al piano y a un rock más sosegado que, igualmente, suena increíble, como los temas más cañeros. Sin embargo, la calma dura poco y, con «Underclass Hero», sacarían los globos para expresar esa rabia que tienen sus temas e interactuando de manera excepcional con los asistentes que coreaban de manera enfrentada bajo la batuta de Deryck, que maneja los tiempos de una manera genial (igual habría sido el genial sucesor de Chester). Y esto quedaría refrendado con «Landmines», con el público cantando y saltando hasta acabar exhaustos.
La calma llegaría con «Dopamine», con Deryck arrancando la canción en solitario, que daría paso al lado más metal con un homenaje a Metallica mediante su «Master of Puppets», que
daría pie a varios snake pits con «We’re All to Blame», y nos haría sacar los móviles para iluminar el escenario durante «Walking Disaster». Siendo una banda con una discografía de
tanta calidad y extensa, es imposible que no se quedara algún tema fuera, pero para remediar un poco la situación hicieron un mix con «My Direction / No Brains / All Messed Up».
Todavía quedaría un cambio de escenario, el más espectacular de todos, sacando la calavera gigante para «Preparasi a Salire», sacando el lado más metalero de la banda. En contraposición, sacaría el piano para «Rise Up» como último toque tranquilo, si es posible esto en un concierto de punk rock. Para la traca final, antes del bis que desataría la locura, sacarían dos melocotonazos como son «Fat Lip» y «Still Waiting».
Para el primero de los bises tocarían «Summer», «Waiting on a Twist of Fate» o la mítica «In Too Deep». Y digo el primero porque hubo un segundo para un último tema, «So Long Goodbye», que por desgracia los que no habían ido antes a un concierto suyo o miraron el setlist antes se perdieron. Si ya no veo un sentido a un bis programado, doblarlo me parece absurdo.
No me puedo imaginar una despedida mejor para una banda: dos horas de un directo directo y energético junto a un público totalmente entregado a una banda que posiblemente esté en su mejor momento. Sinceramente pienso que solo será una retirada temporal, sin embargo, igual me equivoco y entrará en el selecto grupo de bandas que lo dejaron en lo más alto, como R.E.M.