Crónicas conciertos en Madrid

Crónica: Sergio García Lavilla

Concierto presentación del segundo álbum de la banda estadounidense Levitation Room que lleva por título Headspace (2019) en la Sala Clamores.

Formado en torno al amor mutuo de los miembros de la banda por el garage rock de los años 60, tocado con un toque psicodélico, inicialmente buscaron recrear esos sonidos en su álbum debut, Ethos (2016) con sonidos lo-fi y fuzz. homenaje a la época dorada del movimiento psicodélico. Con su segundo LP, ampliaron su rango para incorporar sonidos de guitarra más pesados, melodías más suaves, toques de R&B y arreglos más complejos.

La banda se formó en Los Ángeles en 2012 por los viejos amigos Julian Porte y Gabriel Fernandez. Los dos habían tocado juntos anteriormente en una banda de punk llamada Hits, pero tras disolverla y explorar nuevas vías, volvieron a coincidir por su interés compartido en el garaje rock psicodélico y pronto formaron Levitation Room. Porte descubrió al baterista Johnathan Martin cuando le pidió prestada una armónica en una fiesta, y con la incorporación de Jonathan Thiemens en el bajo y la voz, la formación del grupo estaba completa.

Tras escuchar en El Sótano de Radio 3 que empezaban la gira europea (nunca antes habían venido por nuestras tierras) me propuse no perderme a estos californianos.

La sala elegida era Clamores, conocida en el ambiente Jazz e ideal para crear el ambiente psicodélico que la banda potencia con sus melodías.

Apertura de puertas a las 8 sin teloneros anunciados, poca gente en el exterior (es un grupo poco conocido fuera de los ambientes shoegaze) pero una vez dentro, la sala estaba casi completa por una variopinta amalgama de seguidores muy Woodstock de todas las edades y, mucho extranjero.

A las 8:30 salen al escenario los 4 integrantes para arrancar con Reasons Why, sonidos lo-fi y melodía envolvente que nos metía de lleno en lo que iba a ser un viaje a los 60s, a la época del LSD y los viajes astrales.

Seguimos con Standing in the Rain, Warmth of the Sun, 2025 y OOH Child que recorren toda la discografía de la banda pero sin salirse de los sonidos fuzz, distorsión y mucho Flow.

El sonido no era del todo limpio y quizás las voces algo tapadas por las guitarras, pero el ambiente era muy envolvente, aderezado con humo artificial y las luces rojas, hacía que no importase demasiado.

Temas como Loved, Stars Speak Softly, There are no words, Friends y Scene hacían las delicias de un público que se había trasladado a otros tiempos más permisivos.

Pese a ser medio mexicanos, el español no era su fuerte, pese a tener un tema Pienso en ti integro no salían del “lo están pasando bien”…..

Con Strangers of our time se despedían del público (o eso decían) pero tras una sonora petición volvían al escenario para deleitarnos con 3 temas que nos sabían a poco.

Cosmic Flowers al más puro estilo Jefferson Airplane con sus guitarras distorsionadas, Revelations y Crystal Ball de su anterior LP Ethos y quizás el más parecido a Tame Impala.

Final de concierto y púa a la saca como recuerdo, y, sobre todo, ¿qué me pareció? Pues una experiencia, un viaje a los 60s y una desconexión de los problemas del día a día. Si no los habéis escuchado, hacedlo sentados en el sofá, con luz baja y dejar que la mente navegue.

Altamente recomendables.