Kamikaze Helmets en Madrid

Suelo empezar mis crónicas con una breve reseña sobre el grupo en cuestión, pero esta vez quiero que vayáis descubriendo lo que hemos sentido los afortunados que hemos estado esta noche en la Sala Caracol, en una especie de Road Movie que un humilde aficionado a las crónicas y fotografía pudo experimentar en una noche en la que hemos presenciado el nacimiento de un grupo que dará mucho que hablar.

Había llegado hasta mis oídos la propuesta de un par de tipos (Gabri Casanova-Teclados y Kike Parra-Bateria y voz) que disfrazados a lo Aviador Dro (jóvenes abstenerse) tocan como los Doors, Led Zeppelin, AC DC, Black Sabbath, con una presentación en escena a lo Twenty One Pilots, que de la mano de Soul Matters Company habían editado su primer LP.

Apertura de puertas a las 9:00, entrada muy organizada y con la incertidumbre de ver como suenan en directo una vez escuchado el disco en redes sociales. Un centenar de personas con perfiles muy variados (desde treintaañeros hasta los viejos rockeros con mucho criterio), que tomando unas cervezas esperamos ver en qué consiste el show.

A las 22:00, como si se tratase del momento previo al ataque de Pearl Harbour, sobre un fondo de bandera japonesa, aparecen sobre el escenario dos pilotos japoneses, que tras ubicarse en sus respectivos Zeros (Batería y un espectacular Clavinet acompañando de Moog y Prophets), empiezan a marcar el primer tema de la noche How do you do en el que ya podemos apreciar el torrente de voz y el sonido redondo de la banda pese a no poseer sección de cuerda (prácticamente inapreciable), seguido prácticamente sin descanso de Me & Myself que para mí debería ser una canción de cierre más que de inicio, mucho ritmo y empieza a apreciarse el potencial del Clavinet y su distorsionador de palanca. Con Marvel Kike demuestra que su voz puede ejecutar registros muy variados al mejor de los estilos de los rockeros de los 70.

Tras Tokkottai, single presentación de la banda, y en la que explican un poco la intrahistoria del nombre de la banda, y con un público que empezaba a ver que estaban ante algo grande, llegamos a lo que es una de las mejores adaptaciones de un clásico de Little Richard, Tutti Frutti, al que han dado un toque a lo ACDC que le da un punto especial.

Y es aquí donde creo que se produce uno de los momentos mágicos del concierto, y es con While my guitar gently weeps (Cover) que hace que se nos pongan los pelos de punta y transportarnos a otros tiempos donde las letras y las melodías eran parte de la grandeza de una canción.

Continúan con Brother en la que nos recuerdan a toda esa gente que no estando a nuestro lado, siempre podemos contar con ella, y Break Through que nos adentra en el Funky-rock que nos presenta la segunda Cover de la noche Take me to the River de Al Green acoplándolo con un Medley instrumental en el que no pudo faltar Seven Nation Army de White Stripes.

Para cerrar el concierto nos deleitaron con Don’t Care, una de las más rockeras del disco (giros de voz, parte central instrumental, batería en ralentí dejando que el Clavinet desbordase todo su sonido) y que propicia lo que fue otro de los momentos que me hicieron pensar que estaba viendo a Ray Manzarek en la parte central de Light my Fire de los Doors.

Tras despedirse tuvieron que salir al escenario ante la aclamación del publico pidiendo más, y cerraron con Messy Lady que es el tema más Hard Rock y que hace recordar a Bon Scott.

Sinceramente estos tios son muy buenos y el sonido que consiguen es espectacular.

Espero que sea el comienzo de un gran proyecto. Altamente recomendables tanto el disco como el directo.

Crónica y fotografías de Sergio García Lavilla