concierto Izal en Madrid

Retorno al Wizink Center de una de las bandas decanas del panorama indie español, de hecho, llevan dando guerra desde 2010, para continuar con la gira de 7 conciertos (“El Final del Viaje”) que quedó aplazada por el Covid en marzo 2020, tras solamente 3 conciertos (Granada, Barcelona y Zaragoza).

Estos últimos conciertos se denominan “El Pequeño Gran Final del Viaje”; son un espectáculo audiovisual de algo más de dos horas, que os voy a intentar contar desde la perspectiva de un humilde reportero. He visto muchos conciertos, en sitios variopintos, grupos más o menos famosos, y que después de asistir el viernes al espectáculo, quedé impresionado con la innovación que el grupo de Mikel Izal ha preparado para está gira, preludio de su nuevo disco “Hogar” en la que dan un giro más intimista al sonido del grupo.

Tarde de viernes soleada para el primero de los dos conciertos de Izal en Madrid, con el Sold Out colgado desde hace mucho tiempo.

Con el pabellón completo e impaciente por que el concierto empiece, se apagan las luces y en una pantalla gigante detrás del escenario, de la que luego contaré las sorpresas que nos depara, aparece una cuenta atrás que la gente corea al estilo lanzamiento de nave en Cabo Cañaveral.

Pequeña introducción al estilo de Thunderbirds, en la que nos muestran a la tripulación de la Nave espacial formada por los componentes de Izal. Y entonces, aparecen entre un estrepitoso aplauso, los 5 componentes comandados por Mikel que se juntan en modo acústico en el centro del escenario para tocar el primer tema, y que a modo de nexo vital nos muestra lo que va a ser el nuevo disco.

Si, nos referimos a «Meiuqèr», single adelanto del quinto Lp de la banda, estrenado como single pocos días antes, que sonó por primera vez en directo, y que representa el nuevo amanecer de la banda tras un periodo de miedos del cantante a no poder volver a escribir.

Ovación y cada uno a su posición para continuar con «Autoterapia» e inmediatamente después «Copacabana» en la que la gente directamente se puso en pie a dar botes y a corear el potente tema de su penúltimo disco del mismo nombre. Tras «Los seres que me llenan» llega la primera sorpresa o colaboración virtual con Rozalén y el tema «Pequeña Gran Revolución». En la gran pantalla aparece Rozalén en modo video a los Max Headroom y la banda se marca un dueto, que la verdad suena genial y hay que reconocer que requiere mucho ensayo pero que abre un abanico impresionante de duetos.

Otras sorpresas nos vendrían de la mano de Sidonie con «Temas Amables», Mabu con el «Temblor» y la aplaudidísima Zahara con «La increíble historia del hombre que podía volar», todos ellos de su disco Autoterapia (2018).

Tras una pequeña despedida tras el tema «Bill Murray», que todos sabíamos que no era la definitiva, vuelven al escenario para un dueto con Miguel Ríos con el tema «El Pozo» como previo a su himno más conocido, nos referimos a «La mujer de Verde» tras el agradecimiento a todos los sanitarios durante el Covid, y que hizo que todo el pabellón se pusiera a corear y en pie para despedir un grandísimo concierto, espectáculo, o como me pareció a mí, un momento en la vida en la que todo se para y los sentidos se dejan llevar para volar sobre la realidad.

Ah, y como en las películas de Marvel, un último bis con Bunbury y la «Pausa» cuando ya parecía que los títulos de crédito nos marcaban el fin del viaje….o el inicio de una metamorfosis que ponga a la banda en lo más alto, si cabe, del panorama mundial.

Deseando verlos en los festivales del 2022……hasta pronto Izal

Texto y fotos: Sergio García Lavilla