Crónicas conciertos

Crónica: Víctor Robi

En la capital, hacía un día de perros y desde conciertos por Madrid, aprovechamos para acercarnos a Moncloa para entrar en calor con el rock de Israel Nash. El cantante de Missouri venía a presentarnos su último álbum Orzaker, con este trabajo nos quiere transportar a su tierra natal y el resultado fue excelente, pero eso es harina de otro costal porque hoy hemos venido a ver cómo lo defiende en persona.

Antes de entrar en faena para los que desconozca a este cantante una breve introducción, es conocido por su estilo musical enraizado y psicodélico, que fusiona influencias de folk, rock y americana. Su música a menudo presenta arreglos exuberantes, letras introspectivas y un sonido distintivo que lo destaca en la escena contemporánea de folk y rock.

Con una puntualidad exquisita sale con su sombrero y tras escuchar los primeros riff de Can’t stop now en la sala nos pudimos dar cuenta que este no iba a ser un concierto más y lo pudimos seguir comprobando con la canción que da título a su último disco y que nos trasladó a esa meseta poblada de Ozark, como él mismo nos hizo saber en el primero de sus narraciones porque como iba a quedar patente esto no era solo un concierto sino un viaje por ese pedacito del este de los EEUU entre Kansas y Kentucky.

La psicodelia y el folk se unían para seguir con Woman at the Well y el enérgico Roman Candle con la que efectivamente iluminó a todos los presentes en la noche del jueves antes de otro sermón nos regaló Lucky one y acabaría terminando por meterse al público en su bolsillo con Shadowland consiguiendo que los Millennials, mayoría allí presentes, se animaran a hacer los coros y a terminar por caer en el embrujo de este párroco del rock.

Tocaríamos techo con una interpretación sublime de su clásico Baltimore, por momentos pude ver a Ryan Adams (¿ Algun día se dejará caer por estas tierras?) o al joven Neil Young sobre el escenario. Tras otro parón, eligió Pieces para llevarnos como si de una alfombra mágica dispusiera a un viaje por esas colinas llenas de arces.

De nuevo tendríamos otro receso para la narrativa, porque, como escribí anteriormente, esto no es un concierto, sino una travesía y en esta narrativa nos regalaría la emotiva Lost in America y un acompañamiento únicamente con el piano Rollin On.

Cerraríamos con Mansions y para el bis nos quedaría un par de temas Firedance y Rains Plans, donde el grupo se explayó dando rienda suelta al lado más psicodélico de la banda que terminó con un solo de piano.

Normalmente, me suelo quejar cuando los grupos suelen hablar mucho durante los conciertos porque suelen ser frases precocinadas sin esencia, no obstante con Nash ocurre todo lo contrario y es que esos sermones del párroco del rock da aún más sentido sin cabe a su propuesta.

Por ponerle alguna pega al concierto, y en esto me repito bastante en las últimas crónicas, la duración podría ser mayor, puesto que su discografía da para ello además tengo constancia que en otras noches han caído al menos un par de tema más como el genial Down in the country.

Finalizando, solo me queda animar a los que podáis acercaros a alguna de las fechas que queden a ver al párroco del rock, porque tanto si has perdido la fe como si la tenéis, saldréis creyendo que el rock está vivito y coleando.

Bonus Track: Para todos los fanes del rock y el folk apuntar la siguiente fecha porque es oro puro, el 6 junio, los chicos de The Mad Note Co. traen a Scott H Biram.