Concierto Depedro Madrid

Crónica y fotos: Sergio García Lavilla

Concierto perteneciente a la gira de su séptimo disco de estudio que lleva por título “Un Lugar Perfecto”, producido por el venezolano Gustavo Guerrero, siendo el primero no autoproducido por Jairo Zavala o comúnmente conocido por Depedro. El último trabajo se basa sobre todo del folclore latinoamericano donde encontramos multitud de texturas, que recuerdan diferentes influencias de ese continente. Diez canciones donde el amor, la memoria y el presente son los protagonistas.

Dentro del ciclo de conciertos de Inverfest que han dado comienzo en enero, Depedro tenía una doble cita en la Sala la Riviera, con Sold out indiscutible en la que se esperaban colaboraciones muy interesantes de amigos, congregándonos en lo que resultaría una fiesta más que un simple concierto.

Con un ligero retraso y ante una sala repleta de un público que ya ronda la cincuentena, muchos seguidores de la dilatada carrera del músico que abarca ya tres décadas, saltaba al escenario para arrancar la velada con «La Siembra» todo un canto a que las cosas se consiguen paso a paso, dejando a un lado la inmediatez que nos está tocando vivir, disfrutando el proceso. Enlazamos con «Un lugar perfecto» donde nos sitúa en cuando empezamos a perder una relación, con un ritmo muy cumbiero, que invita a mover las caderas, que dio continuidad con Como el viento que nos transportó a su primer LP, que quizás es el nexo más claro que tiene su último trabajo, una vuelta a los orígenes que aunó las gargantas de todos los asistentes coreando el estribillo al unísono.

La primera sorpresa no iba a tardar mucho en ocurrir, ya que con el quinto tema «Déjalo Ir», su gran amigo Coque Malla era el que acompañaría en una magistral interpretación de un tema que grabaron juntos en 2018.

El evento empezaba a calentarse y tras la melosa «Habilidad», llegaba la segunda sorpresa de la mano de Rozalén y su dueto en «Lo que va pasando» en una melodía cargada de sentimiento en el que el nosotros sustituye al yo. La química es brutal, Rozalén está simplemente espectacular.

Con un ligero respiro de la mano de «El Pescador» llegamos al punto más emblemático de la noche. Con la trompeta en la grada, suenan los primeros acordes de «Te Sigo Soñando», mientras que una diosa de la canción, una autentica superviviente y considerada una de las voces femeninas con más fuerza, tomaba posición en el escenario. Señoras y señores, con ustedes Luz Casal, silencio total para disfrutar de los 4 minutos que este temazo que se nos hicieron cortos.

La ultima colaboración fueron los componentes de Morgan en «Tu Mediodía» que quizás después de Luz no brillaron como la anterior, aunque a nadie le apetecería tocar después de nuestra Chavela Vargas.

Los temas se iban intercalando entre su último trabajo con «Coreografía», «Fabula de Diferencia» y «La Gloria», con temas de sus anteriores discos como Llorona (himno coreado de su primer LP) con la que íbamos llegando al final de la noche.

La triada final iba a estar constituida por «Niebla», una triste balada que nos habla de como la sociedad te aparta cuando pierdes la memoria o cuando ya no eres útil, es la niebla en la que te hundes y que es difícil salir de ella. Con la etérea «Diciembre» de su trabajo Nubes de Papel (esta vez no subieron Vetusta Morla para pena del personal), dieron paso al final en la que todos los colaboradores subieron al escenario para cantar al unísono «Mañanita» y su pegadiza melodía, siendo el broche final deseado, en la que la fiesta llegó a su fin entre cumbias, baladas, mañanitas y un gran sonido de un excelso Depedro tanto en la parte vocal como en la acústica (se nota su paso por Caleixico).

El público disfrutó de una noche que, por las sorpresas, por el repertorio y por el ambiente no olvidarán en mucho tiempo.

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