Concierto de Bala en la sala El Sol de Madrid

Texto y fotos: Sergio García Lavilla

Concierto de fin de gira del tercer disco, de este dúo gallego, formado por Violeta y Ánxela, que lleva por nombre de Maleza (2021) que tuvo que posponer su salida desde el 2019 por lo que todo el mundo sabe, y que bebe de las fuentes del más puro hardrock punk y Stoner, con detalles que se aproximan al Sludgmetal de The Melvins.

En un formato de guitarra y batería al estilo Royal Blood y 21 Pilots, son capaces de cubrir las carencias de un bajo y una guitarra rítmica, a base de potentes descargas de energía vocales y un ritmo claramente punk (Pussy Riot), además de resolver los temas más lentos con la base del Stoner muy a lo QUOSA.

Tras las confirmaciones de suspensión de DCODE y Primavera Sound en Madrid en 2024, tenemos que estar eternamente agradecidos a todas las salas que apuestan por la música, y que, en muchos casos, no miran la rentabilidad como algunos festivales, sino que apuestan por la cultura. Una de estas salas es El Sol, que pese a no ser muy grande (300 personas), representa un referente en la promoción de grupos nacionales e internacionales, y era el lugar elegido por Bala para despedirse hasta la presentación de su cuarto disco (nos adelantaron que tiene 12 canciones y está a punto de salir).

A estas alturas de Julio queda poca gente en Madrid, pero este año parece que estamos aguantando hasta las elecciones para salir corriendo de esta sartén que es la capital este mes.

Apertura de puertas a las 9 con una cola más que prometedora, teniendo en cuenta que había teloneros, y que hasta las 10 no tocarían Bala. Me coloco en primera fila para poder hacer alguna foto antes de que los previsibles Pogos me hagan desistir de aguantar cual grupi en primera fila.

Los teloneros son Miniño, un grupo salmantino compuesto por Diego (guitarra y coros), Joseca (batería), Miguel (guitarra y voz) y Víctor (bajo), que despliegan un sonido noise pop con rifts metaleros muy parecidos a bandas como Venturi, Cala Vento, Annabel Lee. A través de 9 temas, que recogen todos los sencillos y Eps de la banda (pendientes de un larga duración) y una escenografía muy singular, enfrentados los guitarras, con un bajista con movimientos a lo Flea (RHCP) y todos moviéndose en el escenario a lo Beastie Boys (si….soy viejuno pero son los padres de muchos grupos actuales). Sonido bueno, repertorio un poco monótono, me gustan los grupos que varían algo en los temas, y sobre todo creo, que les falta todavía encontrar la canción que les dé ese salto de calidad que los lleve un escalón más arriba.

Tras el cambio de instrumentos, salen al escenario Bala, con una sala llena y con bastante público femenino, para empezar con los primeros acordes de Mi Orden muy metaleros con pedales distorsionando el sonido de la guitarra a niveles doom. Pero algo no funciona, es el sonido de los micros, no llega la voz (algo que se percata el público) y eso hace que el tema no acabe de sonar bien. Entonces nos comenta que no han podido hacer la prueba de sonido por un retraso en el vuelo, algo nerviosa a lo que el público respondió con un aplauso incondicional.

Vamos con Agitar (para mi el temazo que debería cerrar los conciertos), stoner puro y melodía in crescendo, con una modulación de voz increíble, es como la mecha de una bomba que estalla en el estribillo, es uno de los temas más potentes de la banda, enlazado con Hoy No para comenzar con la trilogía de Maleza.

Va mejorando algo el sonido de los micros, el ambiente empieza a caldearse con los primeros temas de Lume (2017), primeros pogos con Colmillos y Omerta, para recuperar un par de su primer LP (en inglés), más speed metal como Tripas Chained y sonando mucho a Soundgarden.

El público estaba totalmente entregado, olvidándose de todos los problemas de sonido que habíamos tenido, aunque no del todo solucionados, hasta que llegó uno de los mejores momentos de la noche. Tras haber repasado ampliamente la discografía de la banda con temas como Liar, Cien Obstáculos y Rituals, llegaba el momento de una de las Cover más bien resueltas que he visto en los últimos tiempos, se trata del Territorial Pissings de Nirvana (los ví en directo en el Pabellón de los Deportes), que con la voz de Anxela adquirió un plus de potencia ante un Pogo único de toda la sala.

Tras Freedom is y la reivindicativa Bessie, se despiden con Una Selva, sonido crudo, doom metal, sludge puro, con modulación de voz exquisita para dejar el escenario ante un público que quería más (pero tampoco quedaban muchos temas sin tocar)

Tras volver y agradecer al público toda la entrega nos deleitan con un par de temas adicionales. Empezamos con una suave intro para explotar con Quieres Entrar, un serrucho de notas en una melodía de guitarra pesada, que te hacen sentirte en una montaña rusa en un punto de voz rozando la distorsión vocal, con gritos que dejarían la voz de cualquier mortal para el arrastre.

La última canción nos traería otra sorpresa, Anxela baja al centro del Pogo con el micro y la guitarra, a modo de comunión con el público en una fusión grupo-seguidores que hizo las delicias del personal. Era el tiempo de Humo de su anterior LP Lume, con el ya mencionado speed metal a lo Anthrax y el rugido de una leona como es esta gallega.

Buen fin de concierto, buen concierto pese a los problemas de sonido y buen ambiente pese a los Pogos (lo siento para el que le gusten, pero en salas pequeñas tal vez no sean muy adecuados).

A la espera del nuevo disco y de su retorno a Madrid, quizás en un Rockville o tal vez una Riviera (la llenarían seguro).

Galicia Calidade y si es con Bala mejor que mejor.

 

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