Texto: Víctor Robi
Lo importante no es el grupo si no eres tú, bajo esa premisa vuelvo a la sala El Sol para disfrutar de los mexicanos Austin TV y es que tras 10 años separados se ha vuelto a juntar para presentarnos su nuevo álbum de estudio Rizoma.
Como siempre hacemos introduzcamos a esta banda de rock experimental originaria de Ciudad Satélite, en el Estado de México, México. La banda se formó en 2001 y está compuesta por Israel Martínez (bajo), Roy Cañedo (guitarra y voz), Marcela Viejo (teclado y voz), Chiosan (guitarra) y Victor «Chivo» Elizalde (batería). Su estilo musical es diverso, incorporando elementos de post-rock, math rock y música experimental.
La banda ha participado en numerosos festivales y eventos tanto en México como en el extranjero, consolidándose como una de las propuestas más interesantes y originales dentro de la escena musical independiente en América Latina.
Pasadas las nueve y media, y tras una breve introducción empezaban a sonar los primeros acordes de La orquídea y la avispa, demostrando desde un primer momento lo que son capaces de hacer, y es que ya se notaba que esta noche iba a ser especial. Durante este primer tramo de canciones, la banda nos recordaría por qué no muestran sus rostros, y es que lo importante es lo que somos, no nuestra cara.
Con este mensaje seguiría esas guitarras sin alardes y ni excesivas pretensiones, pero que funcionan a la perfección en un rock sencillo, pero eficaz y con una buena ejecución y pudimos disfrutar de temas como Roy Rogers, Marduk o Caballero Albedrío.
Tras esto nos explicarían el motivo porque se reunieron y volvieron a sacar otro álbum de estudio y no fue otro que superar adiciones y depresiones, y si lo pensamos bien es cierto que la música puede sanar o ayudar como una muleta a superar las dificultades que pasamos en nuestro día a día, además hicieron a un llamamiento a expresarse como cada uno quiera y no como la sociedad espera porque como ellos dicen y no solo en el concierto lo importante es ser nosotros mismos y no lo que la sociedad nos quiere imponer
Y una vez ya en el trance que la banda nos pedía el camino nos llevó a disfrutar de temas que nos invitaban a reflexionar como Satélite, Lo bonito de la muerte o El hombre pánico. Para terminar el concierto, ya que no hubo el paripé del bis, dejaron otro clásico de la banda como Rucci.
Posiblemente, lo vivido esta noche no será el mejor concierto de rock de la historia, pero lo que sí puedo afirmar sin temor a equivocarme que fue una noche especial de esas que recuerdas con cariño porque recuerda ante todo lo importante eres tú.
Para finalizar, felicitar a Inverfest por el trabajo realizado, ya que todos los años nos trae no solo lo mejor del panorama nacional, sino que nos regala estos caramelitos en una época donde más que nunca son importantes las salas de música para refugiarnos del frío del invierno.
