Concierto Arde Bogotá Madrid

Al igual que en los felices años 20, en los que, tras la Primera Guerra Mundial, se vivió un periodo expansivo sin igual en toda Europa, está ocurriendo lo mismo con la oferta del panorama musical tras la Pandemia que nos ha tenido sumidos en la más oscura de las noches musicales.

 

Esto no son todo luces, sino que también hay sombras y muy negras, ya que muchos “festivales” están teniendo problemas de aforo, colas kilométricas para entrar por mala gestión de abonos, eternas filas para pedir a unos precios desorbitados, acreditaciones contadas para poder vender más entradas, sin contar con “donaciones” encubiertas para medios gráficos, etc.……

Las Salas han sido las que han mantenido con su esfuerzo la oferta de grupos (casi todos nacionales) en un primer momento sentados con mascarillas y poco a poco, volviendo al mogollón y los Mosh Pit, por lo que no podemos dejarlas de lado ahora que los macro festivales salen de debajo de las piedras.

Y este el caso, de la mano de Vibra Mahou y la Riviera, por el que hemos ido a ver el concierto que Arde Bogotá hace en Madrid presentando su primer LP “La Noche” (2021) tras su debut con el EP “El Tiempo y la Actitud” (2020).

Arde Bogotá es un cuarteto cartagenero que, a raíz de una conversación en un bar entre Antonio y Dani, seguida de un local de ensayo en un callejón oscuro y una canción “Antiaéreo”, se han convertido en el grupo revelación del panorama rock español.

Me dirijo como siempre a la Riviera pronto para poder aparcar tranquilamente, y ver a los teloneros, cuando me veo que han puesto zona verde y azul al otro lado de la M-30. Tras fichar religiosamente me acerco a la entrada y sin problema me acredito (buena organización) y me comentan que hay un Sold Out desde hace un par de días.

FranviEl telonero que acompaña al grupo es FRANVVI, otro cartagenero, ex miembro de Ayoho que con su banda presentan temas con melodías ligeras, letras directas y fáciles de empastar con ellas, muy influenciadas por el pop punk de los 90 como Green Day, pero quizás muy vistas para impactar en el panorama actual más orientado al garaje rock y con grandes grupos muy establecidos (Vetusta Morla, Izal, Love of Lesbian). Temas como «Mar de Cristal», «Paris», «Por Verte Bailar» y su tema más reconocible «Bollikao», precalentaron la sala antes del plato fuerte que nos esperaba a las 9:30.

Con un ligero retraso suenan los primeros acordes de «Dangerous» que representa la euforia y la adrenalina de los comienzos de una aventura. Seguimos con el Funky de «Cariño» (para mi gusto el mejor tema de la banda después de Antiaéreo) con un público ya entregado y muy variopinto, con groupies veinteañeras, puretas más avezados en conciertos. Tras la adaptación de la canción infantil “Tan alto como la Luna” transformada en «Tan Alto como tus Dudas» salimos del foso todos los fotógrafos. Me sitúo en un lado para ver cómo, a través del viaje iniciático que representan los temas de «La Noche», el concierto va ganando enteros con temas más indies como «A lo Oscuro», el rockero «Tijeras», atenuadas con temas más pop como «Millennial», y baladas como «El Dorado». El grupo no para de agradecer a toda la gente que ha hecho posible que puedan presentarse ante la sociedad como el grupo revelación.

Con «Mi Carro» (adaptación del tema de Manolo Escobar), dan paso a la segunda parte del show, con temas como «El Beso», «Quiero Casarme Contigo» y «Virtud y Castigo» de su anterior EP. «Con Te van a Hacer Cambiar» pasamos al in pass de los bises.

Aquí empezamos con «Exoplanteta» buscando que una relación primigenia se consolide, para seguidamente dar paso a «Antiaéreo» (ese primer tema que representa esa primera relación). Con la sala totalmente entregada cerramos la velada con «Abajo», un tema plagado de guitarras afiladas, un tempo acelerado y una letra que representa a todas las generaciones. El inicio de una noche en el descenso a los bajos de un bar, discoteca donde todo puede ocurrir…incluso nuestros deseos más ocultos.

Gran concierto y gran organización…le doy un 8 (tal vez un 9 si me hubiesen dado una Mahou).

Crónica y fotografías de Sergio Garcia Lavilla.