Crónicas directos Madrid 2024

Crónica: Víctor Robi

Nos acercamos a disfrutar de una de las sesiones que nos han preparado en el Mad Psych Fest y, en este caso, toca mucho ácido a ritmo de guitarra con los estadounidenses Acid Tongue. Sin embargo, la noche la abrirán los madrileños Playa Espectral, que con su particular estilo de electrónica psicodélica harán el perfecto entrante.

Primero, conozcamos a los foráneos. Formada en 2015 en Seattle, Washington, la banda liderada por Guy Keltner abarca varios géneros como el garage, rock psicodélico, soul y punk.

Desde un primer momento, la energía del cantante se transmite, ganando presencia con el desarrollo del concierto, con unos tintes que nos recuerdan a Parálisis Permanente mezclados con unos ritmos más bailables. El trío va ganando poso con el paso de las canciones y, durante 45 minutos, nos hacen bailar con sus pegadizos temas como «K.S.F.» o «Me Evaporé».

Tras una breve pausa para el refrigerio y retomar energías, aparece la banda con Guy Keltner a la cabeza, con un estilo más propio de ese punk de los 80s, para arrancar con la ácida «Consumerism» como muestra de lo que nos iba a esperar: puro rock y letras críticas y personales. Sin descanso, nos llevaría de paseo con varios de los temas de su último álbum como «Gatekeeper» o «I Love You, Take for a Ride», que cae como un rayo en los presentes para hacerlos bailar sin tierra que los pare.

Las canciones pasan como segundos, los no muchos asistentes se hermanan en ese halo que se ha formado ante los riffs que por momentos no sabes si es psicodelia, power-pop o punk que te hace agitarte. Todo esto lo consiguen a base de cañonazos como «Ordinary Love», «Blame It on the Youth» o la hermosa declaración de amor que es «If I Really Love Her».

Todo esto sin sacar la artillería pesada que, llegados al ecuador del concierto, sacaron con temas como «Accidental Drug Use», «Friends with Bad Advice» o la reflexiva «Humpty Dumpty», surgida de ese proceso de lucha y superación, si esto alguna vez se consigue, contra las enfermedades mentales.

Para la parte final quedaría su melocotonazo como es «Acid on the Dancefloor», la psicodélica «L.S.D.», «Sometimes» o la despechada «If Lovin’ You Was Easier», que nos transmite la rabia de la traición.
Fue una maravillosa noche de rock de los diferentes tipos y déjenme reivindicar lo necesario que son estos eventos hechos desde el gusto, sin tanto F.O.M.O. y estadios, devolviéndolo a los sitios donde surgió.

Por último, felicitar a la Wurlitzer por su cumpleaños, que son muy culpables de que todo tipo de rock todavía tenga hueco y te puedas tomar una rica pinta mientras te llega el sudor de la banda.