Ballantine's True Music Festival en Madrid

El pasado 9 y 10 de junio se celebraba un nuevo festival madrileño con la atractiva y arriesgada propuesta de realizarse en salas, como bien vienen haciendo en la capital otros festivales ya consolidados como GetMad! o Villamanuela, pero a diferencia de estos dos la propuesta del Ballantine’s True Music Festival iba más allá, ocupando hasta 17 salas céntricas de Madrid y con un cartel inmenso con hasta 140 artistas.

Esto hacía que fuera inevitable que tuvieras que elegir que ruta tomar y que conciertos querías ver, ya que el aforo de las salas a veces podía jugar en contra y tomar otras alternativas no establecidas de antemano al comprobar que el aforo está completo. Este formato tiene sus ventajas (ver a tus artistas favoritos en sala, mucho más cercano siempre que un festival) y sus desventajas (del amplio cartel sólo podrías llegar a ver entre el 5-7 % de este, solapándose más de una vez gran parte de los artistas que desearías ver).

Semejante idea a la hora de regular aforos e informar a los asistentes podía resultar en un principio caótica, pero sin embargo estaba muy bien implementada con las pulseras y la app móvil que indicaba en todo momento el aforo y los horarios, para que pudieses pasar de unas sala a otra sin perderte y controlando localizaciones y tiempos de desplazamiento entre una y otra sala.

 -Viernes 9 junio:

La jornada del viernes la arrancamos pudiendo ver a Najwa en el Círculo de Bellas Artes, con una formación compuesta por otros dos músicos (un bajista y otro encargado de teclados, sintetizadores y programación), apareciendo con la peluca rubia de su último disco, fue desgranando gran parte de este con canciones tan bailables y pegadizas como “piyama”, acto seguido salimos para la mítica sala el sol para ver a Mucho, los de Marti Perarnau, con algún que otro problema durante su concierto como la clásica rotura de una cuerda de la guitarra, sonaron brillantes soltando hits como “Grupo revelación” o “Nuevas Ruinas” ante una sala que sabía que iba a ver otro gran concierto de Mucho.

Una vez terminado el concierto en la sala Sol, había que elegir entre The Vaccices, Kakkmaddafakka, We Are Scientists o Yelle entre otros, optando por la francesa en la sala Super 8, una sala que no era la ideal para un concierto como el suyo debido al público que congregó y la baja altura de su escenario, por lo que hacía difícil ver el gran espectáculo dado desde las últimas filas. El concierto en su mayoría con sonidos pregrabados (también voces) basa todo su potencial y en el carisma de Julie Budet y en un par de baterías, haciendo intensos y realmente disfrutables los momentos más rítmicos. El concierto de Yelle fue toda una fiesta con el público a escasos centímetros del escenario y con Julie moviéndose a su antojo por el escenario hizo enloquecer a toda la sala con la cantidad de hits que muestra en todos sus conciertos, “Ba$$in”, “Je Veux Te Voir”, “Ce Jeu”, “Complètement Fou” son sólo una muestra de lo que puedes encontrarte en un concierto de Yelle, que tras acabar el concierto se mostró muy cercana repartiendo abrazos con todo el público.

Con el concierto de Yelle terminado y con la app marcando el aforo completo de The Vaccines en la joy eslava, optamos por ver a Maga en el Intruso Bar, con un formato acústico con sólo dos miembros del grupo, dieron un concierto en un espacio muy intimo que hizo las delicias de los hardcore fans del grupo, con el público cantando todas sus canciones y generando un ambiente que resulta imposible alcanzar en cualquier festival, con esto terminó el día de conciertos del viernes no sin antes poder llegar a ver el final del concierto de Cycle en la sala Sol (la mayoría de las salas dejaban de programar conciertos después de las 23:00 y la opción de WAS quedó descartada por la lejanía de la sala arena).

El grupo bajo los mandos de David Kano actuó con la sala llena y totalmente entregada, donde La China Patino no dudo en subir al público al escenario a bailar y Luke Donovan hizo lo contrario bajando a mezclarse con él con un show en el que no faltaron himnos como “Confusion!!! o la excelente Saturday Girl. Con todos los conciertos acabados la gran mayoría se fue para prepararse para la segunda jornada del Ballantines True Festival, mientras los más animados se quedaban hasta las 6:00 para disfrutar de las sesiones de The Magician, Cora Novoa o DJ Amable.

-Sabado 10 junio:

El segundo día del True Music Festival se presentaba apasionante, con la inclusión de las salas Galileo Galilei donde a primera hora Lori Meyers tocarían con el aforo completo y de la sala But con una programación tremenda que hizo que muchos optasen por no moverse de ella.

Comenzamos con la maratón con Manel ofreciendo un concierto inconmensurable en el teatro Barceló, con un repertorio difícil de batir, sonando canciones de su último disco como “La serotonina” y “Sabotatge” intercalándolos perfectamente con clásicos como “Belvolgut”, “Ai, Dolors” o “Boomerang”, recordando que ese día hacía 10 años desde que tocaran juntos por primera vez. El teatro Barceló está pegado a la sala But y a sólo unos pocos metros de allí se podía llegar a la sala maravillas en cuestión de minutos donde Los Vinagres daban un concierto salvaje y acelerado ante unos pocos afortunados que disfrutaron del descaro de temas dispuestos para engorilar al personal como “Piñaso en la boca”, “Aguardiente”, “Morena” o “Me enamoré de tu madre”.

Con varias opciones en ese momento sobre que ver y donde ir, Tote King en la Changó, Berri Txarrak en la Joy, Palace en El Sol y The Royal Concept en el Barceló, finalmente tiramos de no andar mucho para volver a la sala But y ver el rock de los ingleses Fat White Family con la sala a medio aforo lleno de jóvenes malasañeros. Al acabar nos esperaba una caminata para ver el pop sencillo y directo de Oh Wonder en la Joy eslava donde sonaron aptos para todos los públicos con canciones pegajosas a la primera escucha, “Lose it” o “Drive” son una muestra de ello.

Con las salas más céntricas cerrando a las once, el siguiente paso fue coger el metro para dirigirnos a la sala Penelope, para poder asistir a los dos últimos conciertos que nos esperaban mientras comprobábamos en la aplicación del festival como Miss Caffeina, L.A. y Carlos Sadness llenaban sus respectivos conciertos.

Llegados a la sala Penélope, Sundara Karma sonó francamente bien con un pop rock hecho para llenar salas más grandes, pero que quizás por la distancia entre esta sala y las demás hicieran que tocasen con menos de la mitad del aforo completo, para más tarde dejar paso a Ed is Dead Band que sorprendió a todos los que esperaban ver a un mero Dj, con algunos temas siguiendo una tónica muy similar a The XX, con un pop minimalista con retazos de electrónica que fue intercalando con temas más bailables propios de una sesión de electrónica.

Los pocos valientes que quedaban todavía por las diversas salas del festival fueron a parar a alguna de las salas que todavía programaban DJs, destacando la sesión de Matías Aguayo en la sala arena, donde más tarde Hot Chip Dj Set aburrieron haciendo que los ya pocos que quedaban a esas horas terminaran se decantasen por seguir la fiesta en la sala Penélope para ver la fantástica sesión de Digitalism Dj set.

El Ballantines True Music Festival ya ha dejado entrever que el próximo año volverá, tener el apoyo de una promotora como Live Nation y una gran marca como Ballantines detrás es todo una garantía para un festival en el que en esta primera edición se veía la mayoría de salas medio vacías salvo algunos casos como Lori Meyers, The Vaccines, Miss Caffeina o Carlos Sadness. El poco tiempo de antelación con el que se anuncio la creación del festival (se anunció un mes y medio antes), con unos horarios y programación por salas descompensados que no acompañaban a que salieran las cuentas ha jugado en su contra (140 bandas de las que sólo podrías ver unas 4 por día).

La idea es buena, la aplicación esta bien realizada y las fechas son excelentes, sin duda si siguen apostando por el formato tienen que dar una vuelta al planteamiento realizado, menos bandas, muchos menos Djs (todo el público que quedaba a ciertas horas cabían en una o dos salas), conciertos hasta más tarde (a las 00:30 ya no quedaban bandas en directo) y jugar con los géneros musicales y las capacidades y ventajas que tiene cada localización a la hora de programar bandas pueden enriquecer un festival por salas de sobremanera, pudiendo hacer del Ballantines True Music Festival una cita indispensable en el calendario de festivales si se sabe llevar por el camino correcto.

Texto: Ramón Bravo Martín