Texto y fotos: Sergio García Lavilla
Siguiendo el ciclo en el Lula Club de nuestros amigos de Intromusica, nos acercamos a la presentación en sociedad, del último disco de los granadinos Apartamentos Acapulco, que lleva por nombre ‘La Reconciliación’.
Tras unos largos meses de adelantarnos su nuevo trabajo, con la nueva moda de lanzamiento de sencillos (cual serie de intriga americana), finalmente sale a la luz un trabajo que, manteniendo la evolución de la banda, recupera canciones que no vieron la luz en su momento por diversos motivos.
Es la reconciliación con su sonido más puro, basado en la base de voces melancólicas, con los sonidos de sintetizadores, melódicos riffs, y shoegaze en estado puro dentro de lo que se denominó Twee Pop, digno de grupos legendarios del panorama español como La Buena Vida o Aventuras de Kirlian.
Tras el Año del Tigre teníamos ganas de verlos en directo, más allá de un festival en el que el sonido no se adecua a grupos que no son muy guitarreros (la gente muchas veces no para de hablar en vez de prestar atención), y que basan su potencial en unos sonidos más envolventes (Beach House no suena igual en una sala que en un Mad Cool).
El Lula Club es perfecto para este tipo de grupos (allí he visto a los Temples) por la distribución del local y la iluminación, muy clubbin, que deja a los grupos en una nebulosa muy estilo Los Planetas.
Entramos mientras sonaban Baloncesto, un trio de rock compuesto por tres amigos a la guitarra, bajo y batería, que sonaban realmente bien, mezcla de noise pop con garaje muy setentero, que nos ofrecieron parte de su reducido repertorio (llevan desde 2020), pero muy intenso con temas como Multicolor o Macondo Amarillo.
Tocaba el turno de los granadinos de Torrenueva liderados por Angelina Herrera e Ismael Cámara, con los nervios propios que el lanzamiento de su último disco en directo genera en cualquier grupo, pero que con el calor de un público que estaba deseando disfrutar se hizo más llevadero.
Con una luz azul y bastante humo químico suenan las primeras notas de Ahora Sé, con un sonido distorsionado de guitarra pesado, que empieza muy lento y que va cogiendo ritmo a medida que entran los sintetizadores de la mano de Angelina, arranque seguro de su anterior LP marca de la casa, que, junto con Estrella de los mares, quizás las más parecida al sonido Planetas de la banda, empiezan el ritual de hipnotismo de un público que se va fundiendo con la atmósfera potenciándolo con temas La mujer y el monstruo, Regional Preferente y Deseo de su segundo disco El Resto del Mundo.
Parecía que tardaban en sonar los temas más recientes, Nuestro mejor momento rompió el hielo, más guitarrero pero sin olvidar los synth característicos, seguidos de temas muy redondos como Dos días Contigo y Migajas, alternando con valores seguros como Scarlett que te da la sensación de estar viendo a Slowdive, Beach House o los mismísimos Cocteau Twins.
Pero se produce un pequeño incidente debido al abuso de humo químico. Angelina empieza a toser y no puede prácticamente respirar, pidiendo que parasen el humo. A base de agua y caramelos consigue estoicamente seguir en concierto, en el que nos enteramos de ciertas anécdotas del grupo (había que ganar tiempo que luego se vio en la ausencia de parón para bises), como por ejemplo que la primera tirada del LP tenía un error de edición y que eran incunables, pero que nos los iban a poner a la venta para que tuviésemos un rara avis firmado por ellos (volaron, por cierto).
Cerramos con el bajo de Alguien Normal que empasta deliciosamente con la melódica voz y los estribillos alegres y poperos, en la que nos dicen que ya están bien; seguidas de la cándida Y tu a Barcelona que suena mucho a Mujeres con aires al Hard to Explain de los Strokes, con ese pop alegre que alargar las palabras en el estribillo para que todo el mundo se una a la canción.
Queda poco, el arrebato adolescente de La Persiana con apenas dos minutos con el acento bien marcado, sonido muy Cala Vento, tocaba saltar para volver de la hipnosis.
Cerramos con Camino de Ronda, un clásico de la banda, los sintetizadores y todas sus variaciones de modulación ganan gran protagonismo dejando en un segundo plano a las guitarras y distorsiones de las que tanto nos tiene acostumbrados, acercándose a un synthpop convirtiendo a esta canción en uno de los himnos más bailables del grupo.
Gran final para una fiesta empañanada por el humo, pero que acabó bien por la profesionalidad de unos grandes músicos.
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